El alumbrado navideño se instaló el pasado mes de noviembre y se encendió el 1 de diciembre, por lo que ha decorado las calles viguesas durante tres meses. La Porta del Sol, donde el Concello instaló un árbol luminoso de más de 26 metros de altura visitable por dentro, que se convirtió en objetivo de todas las cámaras y sin duda el mayor atractivo para miles de personas que acudieron a fotografiarse.
La decoración se extendió por las plazas de A Pedra, Igrexa, Constitución, Porta do Sol, Principe, Eduardo Iglesias, Velázquez Moreno, Urzáiz, Gran Vía y un abeto en el entorno del Mar de Vigo. También se instaló un palco ornamental y un bosque de abetos en la Porta do Sol y el tradicional buzón real en la Constitución. La iluminación obtuvo la recompensa de la Federación Provincial de Comercio, que entregó un galardón al Concello por el éxito, y el alcalde mantuvo la instalación durante mes y medio más.
«Hemos conseguido que durante estas Navidades miles de personas paseen por el centro de la ciudad y eso nos gusta mucho», afirmó Abel Caballero el 12 de enero. En ese momento, la decisión ya estaba tomada, la iluminación y parte de la decoración se mantendría en el centro de la ciudad. El gran árbol desapareció pero las luces volvieron a sorprender a los vigueses cuando se encendieron de nuevo para el Entroido.
No solo las luces continuaron instaladas en la zona centro, sino que también algunos de los macizos de tierra ajardinados se mantuvieron desde entonces. En Porta do Sol, el jardín en el que se colocaron los abetos fue parcialmente retirado para dejar sitio al Entroido.
Finalizado el Carnaval, el Concello ha decidido que es el momento para el desmontaje definitivo, aunque nunca se sabe si podrán volver para celebrar San Juan, el Carmen o el Cristo de la Victoria.