La conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez, ha confirmado este viernes que las obras de la nueva estación de autobuses de Vigo estarán finalizadas este año, tal y como estaba previsto. Según avanzó, la terminal se pondrá en servicio tan pronto estén completados los accesos, previstos para “finales de 2021 o principios de 2022” según el último plazo ofrecido por el alcalde, Abel Caballero.
Vázquez destacó que la ejecución de esta infraestructura no se está viendo afectada por la crisis global de materiales de construcción. Eso sí, se refirió a la “complejidad” de las obras, tanto por el diseño de la estación de autobuses, condicionado por la parcela que había al lado del tren, como por los accesos, las diferentes alturas y el túnel, que ejecutan las distintas administraciones.
La conselleira supervisó el avance de los trabajos en la propia estación y en la parte de los túneles que ejecuta la Xunta, que forman parte de un nudo de transporte público en el que la administración autonómica está invirtiendo 18 millones de euros.
En estos momentos están trabajando en el punto alrededor de 40 personas y unas 20 máquinas. Vázquez aseguró que, a pesar de esas dificultades, las obras avanzan a “buen ritmo” pues cinco meses después de la última visita ya se aprecia el levantamiento de la estructura de la estación de autobuses. Según cifró, las labores se han completado al 65%.
En cuanto a los túneles, se ha demolido la pérgola situada bajo la AP-9 y se han ejecutado los pilotes, la loseta superior del túnel de Vialia, la loseta inferior y los muros del túnel de Lepanto. Actualmente, los trabajos se centran en la loseta inferior del paso subterráneo de Vialia, además de en los muros perimetrales y partición del edificio de viajeros y muros de la zona de dársenas. Así, faltan los pilares y la marquesina de la cubierta, la urbanización de las dársenas, la ejecución del interior del edificio de viajeros, las aceras, el revestimiento de los túneles o los firmes.
Como ya se anunció, el edificio de viajeros ocupará más de 1.000 metros cuadrados y tendrá una zona de dársenas para 30 autobuses, con 22 de viajeros y 8 de regulación. La nueva infraestructura acogerá alrededor de dos millones de pasajeros al año y 500 expediciones de autobús al día, permitiendo el intercambio entre el bus y el tren en 1 o 2 minutos.