Las obras de la nueva estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Vigo empezaron en octubre de 2021 y siguen su curso para iniciar sus primeras pruebas en abril de 2023. Este es el plazo anunciado este jueves por el alcalde, Abel Caballero, que visitó los trabajos que se desarrollan en O Casal, junto a la actual potabilizadora, que data de los años 70.
En los test iniciales que se ejecutarán a lo largo de la próxima primavera se medirá la eficacia del nuevo sistema de ultrafiltración, que es capaz de detectar “ínfimas partículas” en el agua para “inflarlas” y así depurarlas, según explicó el regidor vigués.
A continuación, se completarán otras obras paralelas en el laboratorio ambiental y la urbanización de la parcela con la adecuación de los espacios a la nueva instalación. El objetivo final pasa por tener la potabilización en funcionamiento “en otoño de 2023”.
Caballero defendió que las labores, en las que se invierten 22,8 millones de euros gracias a un acuerdo con Aqualia, son de una “enorme complejidad técnica tanto por la tecnología empleada como por la necesidad de compatibilizar el uso entre la nueva y la vieja potabilizadora durante el desarrollo de la obra”. El alcalde visitó el edificio de reactivos de depuración, de tres plantas, y recordó que esta mejora no solo beneficiará a la población de Vigo sino también a la de Cangas, Moaña, Redondela y Mos. Por ello, consideró que la Xunta de Galicia “tendría que estar pagando una parte de esta obra”.
La planta inferior acogerá los canales de floculación y remineralización y los depósitos del agua pretratada en esta fase, y el bombeo hasta la planta superior, en donde se ubicarán los sistemas de filtración y de ultrafiltración (el corazón de la nueva ETAP), que, con una capacidad de filtración de partículas de 0,02 micras, suministrará agua de una “calidad excepcional”.
El agua ultrafiltrada se conducirá por gravedad al depósito de cabecera que tiene 132.000 m3, (el agua equivalente a más de 50 piscinas olímpicas) y de ahí al sistema de distribución que pasa por ser la mayor infraestructura hidráulica de Galicia.
Cuando el sistema de ultrafiltración esté operativo y ya se esté produciendo agua a partir de él, se activará la segunda fase que contempla la remodelación de la instalación al completo y la construcción de un laboratorio de última generación, así como una nueva sala de control totalmente automatizada.
La ampliación de la potabilizadora permitirá incrementar la capacidad de la planta, que ahora trata 900 litros por segundo y que pasará, en una primera fase, a 1.500 y finalmente a 2.200 litros por segundo. Se espera que la nueva instalación preste servicio durante los próximos 50 años.