Los viajeros que han subido a un autobús urbano en Vigo este lunes sin la tarjeta Pass Vigo se han encontrado con un aumento de precio de la tarifa. El coste del billete ordinario ha subido de 1,35 a 1,40 euros después de que la Xunta de Galicia haya dado su visto bueno al cambio, en un trámite más bien protocolario. Recordemos que el Concello hizo lo propio el pasado 7 de abril pero la actualización quedaba pendiente de la Comisión Superior de Precios de Galicia. Este organismo validó la decisión el pasado 4 de mayo.
Tras este paso, se ha obtenido la resolución definitiva de la Dirección Xeral de Comercio e Consumo, que ha aprobado la solicitud realizada por el Ayuntamiento para revisar las tarifas del transporte urbano colectivo en Vigo. De este modo, la medida ha entrado en vigor este 16 de mayo.
Solo los pasajeros que no utilicen Pass Vigo sufrirán de forma directa este encarecimiento. Los titulares de esta tarjeta ciudadana seguirán pagando lo mismo. Los 5 céntimos de aumento serán asumidos por el Concello, a quien Vitrasa mandará la ‘factura’ de ese importe por cada usuario que suba al autobús usando esta especie de monedero virtual.
De este modo, con la Pass Vigo se seguirán pagando 89 céntimos de forma general. Por su parte, los estudiantes desembolsarán 86 céntimos, los universitarios 67 céntimos y los usuarios del bono social 69 céntimos. Mientras, los pensionistas y la gente con movilidad reducida gozarán de cada trayecto gratis.
La estimación del gasto derivado de las cuantías subvencionadas a los viajeros asciende a 9,2 millones de euros tomando como base la hipótesis realizada para 2022 con un 78% de viajeros de pago respecto a los de 2019.
Hay que tener en cuenta que la subida tendrá carácter retroactivo, lo cual obligará al Ayuntamiento a abonar los viajes que se hayan producido con Pass Vigo desde el 1 de enero de 2022 con la bonificación que corresponda.
La actualización de la tarifa entra en vigor en medio de una batalla laboral entre la empresa y los sindicatos. La dirección quiere acogerse a un descuelgue salarial al que se oponen la plantilla y el Concello. Por ello, sobrevuela la posibilidad de iniciar una huelga indefinida.