La inversión del Concello de Vigo en el ascensor Halo pasa de 12,5 a 15,7 millones de euros. La junta de gobierno local ha aprobado un aumento del presupuesto destinado a la obra por valor de 3,2 millones. Y no solo crece esta cuantía sino el plazo para terminar los trabajos. La UTE Ferrovial Construcción – Oreco Balgon dispondrá de cinco meses más para completarlos con motivo de los cambios que se han introducido en el proyecto.
Esas variaciones se recogen en la primera modificación que ha recibido el proyecto original, denominado ‘Conexión peonil entre as rúas Serafín Avendaño e Vía Norte’. Ahí se desglosan las partidas que implican “gastos adicionales”, que son múltiples. La mayoría son mejoras que se incorporan, aunque dos de los cinco meses de ampliación del plazo responden a problemas con el suministro de materiales.
A este respecto, el periodo de ejecución sube de 12 a 17 meses por lo que, teniendo en cuenta que las obras empezaron en agosto de 2022, el ascensor Halo no estará terminado hasta enero de 2024. De hecho, parte del sobrecoste se asignará al presupuesto municipal del próximo ejercicio. Los importes adicionales se reparten entre el año actual (1,2 millones) y el siguiente (2 millones).
Esta modificación fue solicitada el pasado 20 de abril por la dirección facultativa de la obra. Posteriormente, recibió el visto bueno de la Concellería de Fomento y ahora le da luz verde la junta de gobierno local, ya que los diferentes incrementos no superan el 20% del precio inicial de las partidas que se ven afectadas.
Concretamente, una partida de 589.948 euros y otra de 1,86 millones corresponden a cambios por “causas justificadas” y otra de 762.776 euros se atribuye a “variaciones de mediciones”. El proyecto sufrirá, pues, alteraciones en distintos conceptos.
Más capacidad
Desde el principio se supo que el ascensor Halo tendrá dos cabinas para transportar gente, con capacidad para 15 personas. Pero “la alta precisión” alcanzada durante la construcción de la torre ha permitido obtener más espacio para la colocación de los elevadores. Así, las cabinas dispondrán de una superficie de 2,73 metros cuadrados y no de 2,45 m2. Esto permite que quepan dos personas más en cada una de ellas, 17 en total.
Fruto de ese nuevo diseño, la dirección técnica considera necesario incluir un sistema climatización y renovación del aire dentro de los habitáculos. Así, se busca “mantener las condiciones de salubridad y comodidad de los ocupantes durante el tiempo habitual de viaje” y “ante una posible parada prolongada o avería, donde el tiempo de rescate puede ser mayor del habitual”.
Estas prestaciones no aparecían en el proyecto original por dos razones: por la menor capacidad prevista de ascensores y porque era necesario instalar una estructura metálica en la cubierta que sería visible desde el exterior, afectando visual y estéticamente al Halo. Ahora, sin embargo, la climatización tiene cabida dentro del espacio existente en la torre sin alterarse la envolvente externa.
En este mismo contexto, se implantará un sistema de evacuación de cabina a cabina, que requiere el montaje de puertas automáticas en los topes de evacuación intermedios de las escaleras. También precisa la instalación de un elemento de separación y protección entre las escaleras y los ascensores.
Limpieza y mantenimiento
Entre las modificaciones planteadas también se encuentran asuntos relacionados con la limpieza y el mantenimiento del Halo. En este sentido, se proponen nuevos materiales surgidos en fechas recientes que propician “un ahorro económico” en estas operaciones al evitar el uso de medios auxiliares como cestos elevadores.
Se trata de nuevas piezas comerciales aparecidas con posterioridad a la redacción del proyecto, que son más resistentes y duraderas. Asimismo, cuentan con recubrimientos autolimpiables.
Con ellas, se reducen igualmente las molestias provocadas por los cortes de tráfico de las vías inferiores, como los que se desarrollan en la actualidad hasta septiembre o los que se implantaron a principios de año.
Anclaje de los vidrios
Los vidrios que cubren el ascensor poseen unas dimensiones “excepcionales” con hasta 4,70 metros de altura en la pasarela cubierta del anillo y 5 metros de anchura. Además, solo están apoyados en dos caras de gran tamaño. Su técnica de anclaje está basada en el pegado al marco en los bordes de los vidrios. “Si bien esa solución resulta segura”, recoge la modificación del proyecto, “a largo plazo en el caso de deterioro del material adhesivo, podría llegar a despegarse, en un caso extremadamente excepcional, y caer sobre la calzada inferior de la autopista”.
Así pues, durante la ejecución de la obra se analizó esta situación y se buscaron soluciones basadas en normativas internacionales diferentes a las contempladas en un principio. Como resultado, se optó por añadir un anclaje mecánico que, en cualquier situación, mantenga un solape con el vidrio superior a 5 milímetros. De este modo, se garantiza la estabilidad y seguridad a largo plazo.
Afección sobre la calzada
Las obras de colocación de los soportes –algunos de ellos provisionales- y de elevación del semicírculo que toca con la plaza de Vialia causaron más desperfectos de los previstos en el asfalto y en los “elementos auxiliares” de la AP-9. Así, habrá que gastar más dinero del presupuestado para devolver los pavimentos a su estado original.
Estos daños comprenden dos ejes de la autopista y los accesos a la nueva estación de autobuses. Se da la circunstancia de que las tareas de reposición no se pueden focalizar en un tramo puntual, sino que deben alcanzar el tramo completo afectado por los trabajos de montaje de la estructura.