La rampa mecánica de la calle Carral entra en funcionamiento. Las obras en este céntrico punto de Vigo han terminado después de que los operarios dieran este jueves por la mañana los últimos retoques para poner en marcha esta cinta transportadora, de 27 metros de largo, que conectará la calle Marqués de Valladares con la Porta do Sol.
La vegetación aflora en los laterales, el pavimento está totalmente colocado, se han quitado los precintos de los vidrios y se ha activado la rampa para salvar sin esfuerzos la pendiente de 5 metros existente entre el principio y el final del trayecto.
La cinta mecánica y su entorno quedan, pues, listos solo unos días antes de la celebración de las elecciones municipales del 28 de mayo, aunque el alcalde, Abel Caballero, había anunciado que estaría preparada a finales de la semana pasada. Otro horizonte temporal incumplido.
Esta obra, que ha costado 350.000 euros, forma parte del proyecto de soterramiento del tráfico en el centro de Vigo, en el que se invierten 17 millones de euros. Dentro de ese conjunto de actuaciones también se encuentra el montaje de bancos y jardineras, que se empezaron a instalar hace 15 días y que acaban de recibir su primer árbol. Su colocación debería ser una mera anécdota pero toma relevancia en una plaza como ésta, grande y en la que no hay sombras.
En todo caso, se trata de un ejemplar de pequeñas dimensiones, ya que el Concello de Vigo solo quiere introducir elementos que sean retirables. Tanto los bancos como cualquier elemento de vegetación que se incluya en la Porta do Sol desaparecerán cuando toque celebrar eventos multitudinarios como la Navidad, el Carnaval, la Reconquista, la procesión del Cristo…
Para mitigar el calor, por ejemplo en agosto con la disputa de la Batalla de Gallos de O Marisquiño, Abel Caballero anunció hace dos semanas la instalación de unas “grandes velas” triangulares que servirán de “quitasol” para amparar la plaza. Una fórmula similar a la que se usa en la popular calle Larios de Málaga, donde se colocó una sucesión de toldos rectangulares.
Esas telas, que no se sabe cuándo se montarán, irán “ancladas en el suelo” y se retirarán una vez pasado el calor del verano. De esta forma, el alcalde de Vigo entiende que se podrá usar y disfrutar de la Porta do Sol sin agobios y “a la sombra”.