Se necesitarán 25 años para que el Casco Vello de Vigo complete totalmente su recuperación y ‘lavado de cara’ para lograr así el objetivo del organismo que se creó en el año 2005 como «motor» del proceso de rehabilitación integral del centro histórico de la ciudad.
A las puertas de celebrar su 20 aniversario, el Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV) mantiene su ambicioso programa de rehabilitación y recuperación urbana en el área histórica viguesa, centrando sus esfuerzos en la zona alta del barrio -donde ya es visible el espectacular cambio de imagen que viven las principales arterias y edificios de la zona antigua- además de marcarse el reto de ‘mudar’ y transformar la fachada marítima de O Berbés, donde ya han empezado a actuar y donde centrarán los esfuerzos en los próximos años.
Es más, actualmente el CCVV se rige por el Plan de Actuación, Inversión y Financiación (PAIF) que está en vigor hasta finales del año 2025 con un presupuesto ya aprobado que alcanza los 2,2 millones de euros pudiendo llegar, incluso, a sumar otros 1,4 millones de remanentes.
Sin embargo, desde el Consorcio se marcan el horizonte del año 2030 como plazo para conseguir que esa recuperación sea integral y concluir así un proyecto que dio sus primeros pasos en el año 2004, cuando era alcaldesa Corina Porro y cuando se decidió la colaboración conjunta de tres administraciones: Concello de Vigo, Xunta de Galicia y Zona Franca con una inversión inicial de 30 millones de euros.
Tras ello, en el año 2007, la Consellería de Vivenda e Solo -liderada por la nacionalista Teresa Táboas durante el gobierno bipartito- adquirió el porcentaje de Zona Franca, quedando la participación del organismo -que se mantiene a día de hoy- en un 90/10 por parte de Xunta y Ayuntamiento.
Un total de 136 viviendas rehabilitadas
De este modo, y coincidiendo con la celebración de sus ‘bodas de plata’, el Casco Vello podría ver prácticamente rematada su revitalización. De hecho, en una de las últimas reuniones del comité ejecutivo se dio cuenta ya del inicio de los trabajos de elaboración del plan de actuaciones para el período 2026-2030, toda vez que concluya el actual.
Y así lo han confirmado fuentes del Consorcio, que aseguran que hay ‘material’ en el que fijarse y ‘echar el ojo’ para conseguir adquirir inmuebles en ruinas y convertirlos en edificios completamente rehabilitados a imagen y semejanza de las 136 viviendas que, a día de hoy, ya tienen una nueva cara.
«Da para ejecutar otro plan de actuación hasta 2030», señalaron dichas fuentes sobre la posibilidad de actuación en ámbitos del Casco Vello donde todavía no se ha llegado y siempre con la vista puesta en alcanzar el máximo de edificios recuperados para los próximos años.
Dificultad para adquirir edificios
Sin embargo, este ambicioso objetivo tiene también sus dificultades añadidas, ya que la adquisición de inmuebles abandonados y en ruinas conlleva uno de los principales handicaps que tiene el CCVV: la imposibilidad -en ocasiones- de dar con sus propietarios o, incluso, la existencia de varios dueños que, en algunos casos, ni siquiera viven en la ciudad, con el consiguiente retraso a la hora de ejecutar los trámites necesarios.
Y a ello hay que sumarle la ralentización en el ámbito urbanístico del Concello para conseguir llevar a cabo expropiaciones que facilitarían y reducirían mucho más los plazos de adquisición y por ende de rehabilitación de los edificios.
Actuaciones en 60 inmuebles y subiendo
Con todo, el balance de actuaciones en estos 20 años es muy amplio ya que, a día de hoy, se ha actuado en un total de 61 edificios que han supuesto la puesta en el mercado de 136 viviendas en las que ya viven familias que le han dado una nueva vida y una nueva ‘reconquista’ al viejo barrio chino.
En este número no se tiene en cuenta, además, los edificios que se transmitieron a otras instituciones, como es el caso de los Registradores (en Real 29, 31, 33 y Alta 18), a la Universidad de Vigo en O Berbés (3 inmuebles) para el edificio Redeiras, a la Xunta de Galicia para el albergue de peregrinos en Berbés 5 o para el edificio de notificaciones en la calle San Sebastián o el número 27 de la calle Real, que se llevó Zona Franca para ejecutar la sede de Down Vigo y que actualmente se encuentra en obras.
Al Concello de Vigo también se transmitieron dos parcelas en Subida a Costa (destinado a espacio público) y en Alta 26, para el Museo de Fotografía.
Mientras, el Consorcio ya sigue actuando en más edificios -tanto de la zona alta como en la baja en O Berbés- y a la recientemente iniciada obra en la fachada marítima, concretamente en el número 39 de la Ribera de O Berbés, se une la ya empezada anteriormente en Hortas 2-4 así como la próxima que está pendiente de inicio en Elduayen 39, lo que supondrá rehabilitar un total de 9 pisos más para poner a disposición de los vigueses y viguesas en un plazo de un año.
Y a esas se sumarán después las actuaciones en la calle Alta, concretamente en los números 8, 10, 12 y 14, donde saldrán otras 5 viviendas más y que se espera poner en marcha el año que viene.
Tras ellas, está previsto llevar a cabo el proceso de licitación de los proyectos de dos edificios más en la fachada marítima de O Berbés para continuar así con la transformación de la Ribera y que pasarán por actuar en los números 7 y 27, recientemente adquiridos a sus propietarios.
Esto todo hará que se logre la cifra de rehabilitación total de 150 pisos en casi 90 edificios comprados a lo largo de estos 20 años poniendo el foco en seguir adquiriendo inmuebles con el objetivo final de ‘rematar’ la revitalización integral del centro histórico de la ciudad.
La incorporación de nuevas familias –en las que hasta ahora ya han nacido más de 30 niños– así como continuar con la puesta en marcha de locales comerciales, donde hasta la fecha se han abierto un total de 30 negocios en los bajos alquilados -con distintos usos combinando con el ámbito residencial- en las calles Ferrería, Cruz Verde, Abeleira Menéndez, San Sebastián, Real o calle Santiago, es el objetivo final que se marca el CCVV para estos próximos años.
Gran interés para vivir
El interés que despierta entre los vigueses y viguesas el hecho de residir en el barrio histórico es cada vez mayor teniendo en cuenta, además, los problemas de acceso a la vivienda que existen actualmente.
Y es que los pisos que el Consorcio Casco Vello de Vigo pone finalmente a disposición de los ciudadanos son en régimen de protección autonómica (VPA), lo que implica unos precios relativamente más bajos al nivel actual del mercado inmobiliario.
De hecho, este mismo martes se sortearon las últimas siete viviendas en Subida ao Castelo y Elduayen, que concentraron a casi 500 personas para resultar adjudicatarias de alguno de estos pisos, convirtiéndose así en toda una ‘lotería’ y siendo estos dos últimos procedimientos los que mayor número de candidatos y candidatas lograron reunir desde que en el año 2011 se iniciaron los primeros sorteos de viviendas.