La última «travesía marítima» del barco ha sido fijada para la media tarde de este miércoles, día 18 de febrero, cuando será llevado hasta los muelles de Beiramar para ser izado y transportado hasta la glorieta de la Avenida de Castelao.
El Concello de Vigo dispone desde la semana pasada de la autorización de la Autoridad Portuaria para sacar el «Alfageme» de sus vías y botarlo de nuevo a la dársena de Bouzas. Los poco más de 500 metros que separan Cardama del muelle número 4 de Beiramar, frente al Auditorio Mar de Vigo, pondrán fin a la historia marítima del pesquero.
Allí lo esperarán las grúas que deben sacarlo del agua y colocarlo sobre la «cama de transporte» en la que viajará por las calles de la ciudad hasta la base de hormigón de la rotonda de Coia. El operativo se realizará por la noche para no entorpecer el tráfico, al igual que se hace con cualquier otro transporte especial, y se podría completar en menos de dos horas.
La empresa Grúas Dóniz, especializada en el traslado de las gigantescas piezas que se construyen en O Porriño y se embarcan en Vigo, será la encargada de llevar a cabo toda la operación. Los responsables municipales ya disponían del permiso desde hace días, pero la celebración del Entroido aconsejaron retrasar el transporte, puesto que la circulación de vehículos en horas nocturnas aumenta considerablemente durante las fiestas.
Proa a Martín Echegaray
El «Bernardo Alfageme», de 27,5 metros de eslora y 6 metros de manga, quedará ubicado en la glorieta con la proa mirando hacia la calle Martín Echegaray. Construido en el año 1944 en el astillero Barreras en acero remachado, técnica que se empleaba en la época, estuvo abandonado durante muchos años en el puerto, para pasar a manos del Concello en el año 2000 y ser finalmente restaurado. La instalación del barco, según afirma el propio alcalde, costará unos 100.000 euros.
Desde que el pasado mes de diciembre comenzaron las obras en la glorieta de Castelao, surgió una férrea oposición de un grupo de vecinos. En los primeros días lograron paralizar las obras y ocuparon la rotonda, pero la intervención policial permitió expulsarlos y finalizar la base para colocar el barco. Después de dos meses y medio de protestas y manifestaciones, además de registrarse una denuncia en el juzgado contra el Concello, admitida a trámite, y una solicitud a la Xunta para que declare el barco como Bien de Interés Cultural (BIC), el proceso de instalación llega ahora a su momento culminante.
Abel Caballero se mostró firme desde el primer momento en que el emplazamiento escogido es idóneo. En las últimas semanas, los dos partidos de la oposición también han pedido que el barco sea llevado al Museo do Mar. PP y BNG ya aprobaron en dos ocasiones en pleno sendas mociones para que el Concello rectificase. Además, ya se ha juzgado a un vecino por los incidentes y el próximo mes de marzo tendrán que declarar otros dos imputados por atentado contra la autoridad y lesiones.