Caída en picado de las adopciones internacionales en Vigo y en la provincia. Y es que las cifras de los últimos tres años nada tienen que ver con las de hace 20, cuando en el período 2004-2010 se producía un ‘boom’ en el ámbito internacional con preasignaciones de récord en toda España y que, en el caso de Galicia, supuso un «fuerte» incremento de solicitudes que, tan solo en el año 2010, provocó que casi 300 niños extranjeros fuesen adoptados por familias gallegas.
Sin embargo, esta situación no va a volver a vivirse habida cuenta de las últimas estadísticas que tiene la Xunta de Galicia. Es más, según apuntan desde la Dirección Xeral de Familia, Infancia e Dinamización Xeográfica en los años 2021-2022 «no se ha llegado ni a 20».
La explicación es «lógica». Y se debe al cierre de los países que tradicionalmente tenían en marcha procedimientos de adopción internacional, léase Etiopía, Vietnam, Rusia o China, principalmente.
«En 2010, solo de Etiopia a Galicia vinieron 100 niños pero, desde 2018, no viene ni uno solo», explica Jacobo Rey, director xeral de Familia. ¿El motivo? Pues ese «cierre casi total» de la adopción internacional en estos países. «Llegó el momento en el que decidieron que cerraban la salida de estos niños», señala.
Y es que los datos son sorprendentes puesto que, en los últimos tres años (2021, 2022 y 2023) han sido solamente 7 las adopciones realizadas en la provincia de Pontevedra, llegando a no realizarse ninguna el pasado año y en lo que llevamos de 2024. «Es una caída abrupta, casi total», matiza el director xeral.
Con todo, se trata de una decisión «soberana», como subraya Rey, que, «de primeras», se considera «positiva» porque entienden desde el departamento autonómico que esos países «tienen capacidad para hacerse cargo» de estos niños en situación de desamparo «a través de sus fórmulas de adopción nacional».
De este modo, los pocos casos que se mantienen se ciñen simplemente a «determinados supuestos» que pasan por niños con necesidades «muy grandes» o con discapacidades que, como matiza Rey, «son los casos en los que se facilita ahora mismo» este tipo de trámite.
«Tendencia» hacia la nacional
Los datos estadísticos ponen así el foco en el incremento en el número de las adopciones nacionales, como así está pasando ya en estos momentos.
«La tendencia va a ir por ahí. La nacional puede crecer y la internacional no seguirá cayendo pero sí es complicado que se pueda reactivar por la situación de los países», resalta Jacobo Rey.
De este modo, el crecimiento de la nacional es prácticamente exponencial puesto que en el mismo período de 2021 a 2023, se realizaron 34 trámites de adopción en la provincia pontevedresa. La mayoría de ellos, un total de 17, precisamente en el último año 2023.
En este sentido, apuntan desde la Xunta que puede deberse al «bajón» que hubo a la hora de realizar los trámites durante la pandemia y que, una vez pasado, «algunos expedientes se reactivaron».
Sea como sea, lo cierto es que los tiempos en los que las adopciones internacionales -pese a lo laborioso y complejo de los trámites a llevar a cabo- eran un ‘boom’ han quedado atrás y, ahora, las familias que anhelan adoptar a un niño en situación de desamparo se centran en el ámbito nacional.
Un listado de 120 personas
Así, en el caso de la adopción nacional -que está regulada por la Administración autonómica- hay en este momento -a fecha 2 de septiembre- un listado de 120 familias en Galicia -menores de 45 años-que se ofrecen para apadrinar a un niño o niña español.
De ellos, unos 30 expedientes se encuentran en fase de suspensión, lo que implica que estas familias han decidido posponer su decisión de adoptar a un menor durante el tiempo en el que dura el proceso por diversas circunstancias familiares.
Que tengan hijos biológicos, que alguno de los progenitores adoptantes se tenga que ir a vivir fuera, un cambio de vida… son algunos motivos que llevan a las familias a solicitar dicha suspensión.
Y es que se trata de un procedimiento que puede durar muchos años. De hecho, alguno de los expedientes más antiguo que aparece en el listado publicado en la web de la Xunta data del año 2015, mostrándose todavía a la «espera» de resolver el trámite.
De hecho, Jacobo Rey recalca que se informa a las familias de esta realidad y que, en función del ofrecimiento de las mismas, el proceso puede ser más o menos ágil. «Tenemos que ser honestos y decirles que se encuentran en un proceso de muchos años», señala, especificando que durante el periodo de espera pueden producirse «muchas casuísticas» que lleven a los adoptantes a «suspender» el proceso.
«Hay que aclarar que es un procedimiento largo, complejo, con incertidumbres y cambios y la familia tiene que mantener ese esfuerzo de continuar con el ofrecimiento a lo largo de los años… no siempre se mantiene», anota.
Sin limitaciones a familias monoparentales ni homosexuales
Así, en Galicia se diferencian «dos listados» para llevar a cabo la adopción nacional. Un listado único para toda Galicia, para niños menores de 12 meses y, otro, para los mayores de 1 año que se tramita a modo provincial.
Esta diferencia radica en que los bebés de 0 a 12 meses, recién nacidos, no tendrían ningún apego al lugar de nacimiento, por lo que las familias que se ofrecen como adoptantes no tendrían problema en que fuesen de cualquier punto de la comunidad.
Sin embargo, no se sigue el mismo criterio con los mayores de 1 año, puesto que en estos casos se prefiere trabajar a nivel provincial debido a que «se intenta» que los menores «cambien lo menos posible» del entorno en el que ya están viviendo.
Con todo, para estas adopciones se tienen que cumplir unos requisitos siendo el principal, el que no haya una diferencia de edad que no alcance los 45 años. Es decir, que si un niño tiene 5 años podría ser adoptado, como máximo, por una persona de 50 años como límite de edad.
Mientras, las familias monoparentales u homosexuales tampoco tienen ninguna limitación a la hora de poder acceder a la adopciones nacionales. «Lo que se busca siempre y se garantiza es que el niño vaya a ir a un hogar y a una familia que satisfaga sus necesidades, sea del tipo que sea», aclara el director xeral.
Potenciar el acogimiento familiar
Por último, desde la Xunta de Galicia y desde el resto de administraciones se está intentando «potenciar» el acogimiento familiar ante casos de desamparo y desprotección de menores.
Sin embargo, Rey considera que pueden ser «procedimientos complementarios». De hecho, explica que se llega a esta medida de adopción proveniente de los acogimientos cuando ya «no hay ninguna forma de reintegración del niño con su familia biológica ni de sus progenitores», pero apuntando que cuando se trabaja con casos de niños en acogida, el trabajo de la Administración pasa por poder «reorientar» y volver a llevar a ese niño con su familia. De no poder ser así, el siguiente paso es la adopción.