La ciudad desierta, como si se tratase de la famosa escena de la Gran Vía de Madrid totalmente vacía en la aclamada «Abre los ojos» de Amenábar. Así estaba este domingo Vigo. Absolutamente desierto, sin nadie en la calle, ni en sus plazas, ni en sus playas.
El temible coronavirus mantiene al mundo entero en vilo y esta jornada dominical, que debería ser de fiesta por todo lo alto en Vigo, vació las alles.
La Reconquista más triste de la historia de la ciudad tenía que llenar Vigo de color, música, choripán y teatro, con la gran representación de la expulsión de las tropas francesas.
Pero este domingo, el confinamiento fue total. Tan solo el paseo canino y las pequeñas compras del domingo permitieron ver a algunas almas por la calle. Tampoco en los arenales evidentemente, con Samil y el Vao mostrado unas extrañas imágenes nunca vistas la tarde de un domingo de primavera… ni de invierno.
Vigo se refugió de nuevo en casa y solo salió para su aplauso solidario de las 8 de la tarde. Vendrás días mejores, porque ya queda menos y todo saldrá bien.