Las obras de la Gran Vía de Vigo ya tienen establecida su programación. Los trabajos se prolongarán durante gran parte de 2022. Tal y como había avanzado Abel Caballero hace algunos meses, se esperará a que acabe la Navidad para iniciar las labores sobre el terreno. Además, la reforma aún ha sido adjudicada de forma provisional este jueves por la Junta de Gobierno Local a la empresa Prace Servizos e Obras. El alcalde ha confirmado que el plazo de ejecución asciende a 8 meses, por lo que la avenida estará abierta en canal hasta septiembre.
El proyecto -que fue licitado por 4,2 millones de euros y ha sido adjudicado por 3,6 millones– supone una prolongación de las rampas con una estética prácticamente idéntica a los tramos ya construidos. Se instalarán unos pórticos de colores con cubierta de vidrio y perfil metálico a lo largo de 150 metros lineales. No obstante, no serán continuos sino que estarán divididos en dos partes: entre las calles Venezuela y Bolivia, por un lado, y entre Bolivia y Nicaragua, por otro. Las rampas tendrán capacidad para transportar a 7.300 personas cada hora.
Para acometer la obra, será necesario implantar cortes de tráfico similares a los que muchos conductores padecieron en 2019 y 2020. Caballero culpó a la Xunta de Galicia de las incomodidades que se generarán, ya que el departamento de Patrimonio paralizó la remodelación de estos dos nuevos tramos y eso impidió ejecutar los trabajos de una tacada. “Cada vez que soportemos las molestias del tráfico nos acordaremos de Feijóo. Tuvimos que ir a los tribunales y ganarle en los tribunales”, declaró el alcalde en referencia al dictamen judicial que dio vía libre a la reforma.
Esta nueva actuación en la Gran Vía de Vigo prevé otro “jardín botánico” que en esta ocasión no solo será interior sino también “exterior”. Caballero ha recordado que se instalará pavimento descontaminante, que las cintas contarán con un sistema de ahorro energético. Asimismo, se aprovechará para renovar el saneamiento, el abastecimiento, la recogida de aguas pluviales y la señalización semafórica. Igualmente, se soterrarán los servicios que precisen cableado.