El Consello de la Xunta trató este lunes en su reunión semanal un informe de la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional sobre el proceso de construcción del futuro IES Domingo Villar de Navia.
Concretamente, analizó el proyecto básico para la construcción del nuevo centro educativo que, tras acabar recientemente la supervisión del mismo, eleva a 19 millones de euros la ejecución de las obras, lo que supone un 36% más de lo que estaba previsto inicialmente.
Tal y como informó la delegada de la Xunta en Vigo, Ana Ortiz, estaba previsto que el equipo redactor del proyecto, a cargo de la UTE Iglesias Veiga y Mestura Arquitectos -adjudicatarios del mismo por un importe de 350.000 euros-, entregase el documento técnico en el mes de octubre. Con ello, y tras la fase de supervisión, se ha concretado una actuación que aumenta el presupuesto inicial en 5 millones de euros más.
La Xunta justifica este incremento en las «mejoras introducidas» en el documento y que se centran, principalmente, «en la eficiencia energética del centro y en su integración en el entorno».
De hecho, apuntan a que el edificio se construirá pensando en «reducir en un 30% el consumo energético» respecto de edificios similares. Además, matizan que se avanzó «todavía más» sobre la accesibilidad e inclusividad del inmueble así como en la «flexibilidad de su diseño».
Con todo, y tras contar con el visto bueno del Consello de la Xunta, el departamento autonómico de Educación remitirá el proyecto básico «de inmediato» al Ayuntamiento de Vigo para que pueda conceder la respectiva licencia de construcción.
De forma paralela, desde la Xunta destacan que se seguirá trabajando en el proyecto de ejecución para poder licitar la obra de edificación en el próximo 2025 y comenzar así la actuación ese mismo año.
El IES Domingo Villar es el primer instituto de Galicia diseñado siguiendo los parámetros académicos, tecnológicos y de sostenibilidad recogidos en el Plan de nueva arquitectura pedagógica de la Xunta.
Tendrá capacidad para alrededor de unos 700 alumnos de ESO y bachillerato y ocupará una superficie total de cerca de 8.200 m², divididos en edificio principal de aulario, edificio de gimnasio y otros espacios complementarios.
Aulas que se desdoblarán
El nuevo edificio estará organizado, en la zona de aulas, en seis grupos didácticos para cada curso de ESO o Bachillerato. Cada uno de ellos incluirá las cuatro aulas del mismo curso, la de desdoblamiento y el foro correspondiente.
Las clases tendrán la posibilidad de agruparse de dos a dos por medio de tabiques móviles.
Mientras, los foros o zona de trabajo común para todos los grupos del mismo curso, se podrán ampliar retirando el tabique móvil que lo separa del aula de desdoblamiento.
Esta versatilidad permite flexibilizar los espacios de trabajo y adaptarlos a cada circunstancia que surja entre el profesorado y alumnado.
Por su parte, la biblioteca se situará en la planta baja, abierta al exterior y con acceso directo, para ser usada con independencia del resto del centro.
Eficiencia energética y accesibilidad
Por su parte, las carpinterías exteriores de la fachada sur de las zonas que estén en contacto con los patios, estarán protegidas de la incidencia solar, lo que permitirá la entrada de luz y ganancias térmicas en los meses fríos limitando el sobrecalentamiento en el período estival.
Además, todas las aulas y zonas sensibles disponen de protección pasiva mediante lamas con atenuación acústica, debido a la cercanía con la VG-20.
El nuevo edificio será accesible e inclusivo, evitando las barreras a las personas con movilidad reducida y evitando factores discriminatorios. Además, se prevé la colocación de sinaléctica y grafismos de tamaño y color visibles con el objetivo de aclarar los itinerarios dentro del edificio.
Gran espacio verde
Por último, el proyecto integra la masa arbórea situada al norte de la parcela, de especies autóctonas con valor ambiental y paisajístico. Este espacio funcionará como eje vertebrador de las circulaciones del nuevo centro y como un patio verde.
Además, para separar el centro de la VG-20, se proyecta un talud vegetal y una barrera de árboles nuevos. El centro estará dotado también con una zona de aparcamiento de bicicletas, inmediata a las nuevas ciclovías del barrio de Navia.