Cinco años pasaron desde el acuerdo para construir el mayor Auditorio de Vigo hasta el inicio del derribo de Casa Mar, en 2006 y con Corina Porro en la Alcaldía. Otros cinco transcurrieron hasta que fue inaugurado, en 2011, con el famoso episodio del cambio de placa en el que ya no figuraba Alberto Núñez Feijóo y solo aparecía Abel Caballero. Ahora, cinco más desde su puesta en funcionamiento hasta la quiebra de la empresa adjudicataria por las pérdidas millonarias.
El Auditorio Mar de Vigo parece tener siete vidas, aunque se desconoce todavía si el último problema que le acecha es un disparo mortal de necesidad. A lo largo de estos 16 años ha generado cientos de debates en ruedas de prensa y plenos municipales. Superó el encarecimiento del proyecto, puesto que la construcción sufrió numerosos contratiempos y el presupuesto inicial de 120 millones se vio reducido finalmente a 85 millones de euros.
El antepenúltimo problema se vivió en 2012 cuando el Concello se vio obligado a inyectar cinco millones de euros y ampliar la concesión a 60 años. Ahora, la adjudicataria ha comunicado al Juzgado de lo Mercantil la imperiosa necesidad de negociar con los acreedores para sobrevivir.
Este viernes, al hacerse públicos los problemas económicos, los portavoces de los dos partidos municipales en la oposición reclamaron al alcalde, Abel Caballero, que aclare la situación y que abra una comisión de investigación para conocer el verdadero estado de las cuentas.
Elena Muñoz y Rubén Pérez
«Exigimos explicaciones urgentes, que comparezca el responsable de la concesionaria en el pleno, nos han negado las cuentas de 2015», señaló Elena Muñoz, portavoz del PP. La concejala reclama la paralización inmediata de las obras para la sede de la UNED y asegura que desde el 2008 el Concello ha comprometido más de 20 millones en el Auditorio.
Por su parte, Marea de Vigo pide una auditoría y una comisión de investigación. «Empezará a batalla de se foi Corina, nos da igual, o que preocupa é o que se ten feito por parte do Concello nos dous últimos anos para xustificar o inxustificable e poñemos en dúbida o medio millón de euros anuais que se lle da a UTE», señaló Rubén Pérez.
Ambos grupos destacan también la falta de regeneración de toda la zona, tal y como estaba contemplada en el proyecto original. La existencia de naves industriales, varios edificios en ruina y otros abandonados complica la explotación hostelera de la zona, donde ya han fracasado una cadena hotelera y servicios de restauración.
Pliego
Por su parte, el concejal de Hacienda, Jaime Aneiros, aseguró que existe «total normalidad» en el Auditorio y señaló que la entrada en concurso era ya conocida. «Sigue funcionando con normalidad y ya estamos personados en el preconcurso como Ayuntamiento para defender los intereses de la ciudad», señaló.
El edil socialista aseguró que harán cumplier el pliego de condiciones a la adjudicataria. «Hemos pedido que la empresa concesionaria capitalice la sociedad y aporte los fondos a los que está obligada», indicó.