Ya formaban una plataforma de usuarios pero ahora han dado otro paso y han fundado la primera asociación viguesa de conductores de vehículos de movilidad personal: ‘Vigo VMP’. En torno a 200 personas se han unido en la ciudad para hacer piña y reclamar “unos derechos que ya se nos tenían que haber dado”. La constitución oficial de este colectivo llega a la vez que se tramita la nueva ordenanza que regulará la utilización de los patinetes eléctricos y similares en Vigo. Una normativa que ha generado un profundo descontento.
De hecho, la asociación “nace de la necesidad”, tal y como confiesa su presidente, Bernardo Rey, que ha solicitado varias reuniones con el Concello de Vigo. Siempre sin éxito. La última vez, esta misma semana. “Se niegan a atendernos. De inicio, cuando abrieron el periodo de consulta pública presentamos una de las alegaciones más elaboradas y nadie se puso en contacto con nosotros. Pedimos una reunión a la concejala [Elena Espinosa] y nos contestó que era imposible. Hasta nos preguntó en calidad de qué la llamábamos. Ahora nos dicen que tenemos que tramitar las alegaciones vía web en el plazo indicado. Lo hemos intentado por todos los medios y comprobamos que no hay voluntad. No nos ofrecen ninguna alternativa”, lamenta Rey.
Ante esta situación, se han asociado y se han marcado una hoja de ruta para “pedir nuestro espacio” como medio de transporte “real” y “alternativo”, que encaja dentro de ese objetivo de reducir las emisiones en las ciudades. Aunque sus objetivos también pasan por “enseñar” a utilizar estos vehículos, el momento que atraviesa Vigo provoca que la nueva ordenanza centre su pelea como colectivo.
“Vamos a lucharlo. Queremos que nos escuchen y nos dejen participar. Formamos parte de la federación nacional y los que tenemos experiencia y sabemos cómo funcionan las ordenanzas en España somos nosotros”, expone Rey. Un ejemplo cercano lo encuentran en Gijón, donde la regulación municipal prohibió inicialmente los monociclos y, posteriormente, la administración local tuvo que rectificar.
Este tipo de VMP es precisamente el más perjudicado con la nueva normativa que se ha preparado en Vigo, que de momento no es definitiva. Al no tener manillar, solo podrán circular por el Casco Vello, por la zona histórica de Bouzas, por calles residenciales y por áreas señalizadas de convivencia ciclista-peatón. Así, se quedan fuera del carril bici, del carril bus, del ciclo carril y de la calzada. “No lo prohíben expresamente pero a base de limitaciones desincentivan su uso. Básicamente los están quitando de la circulación. Creemos que por desconocimiento. De materializarse esta medida, Vigo sería la única ciudad lo hace a pesar de que hay una comunidad de usuarios de monociclos más grande lo que se cree”, apunta el presidente de ‘Vigo VMP’.
Ropa reflectante y calles vetadas
Entre los puntos más polémicos de la ordenanza viguesa se encuentra la prohibición de circular por algunas calles, principalmente grandes avenidas. El Concello argumenta que, con ello, se busca garantizar la seguridad de los usuarios de VMP. Un punto de vista que no comparte la asociación. “No ven más allá. Creen que un patinete va a entorpecer el tráfico porque va a subir la Gran Vía lentamente. Imaginemos que no alcanza los 10 kilómetros por hora. ¿Estorba más eso o un vehículo en doble fila?”, se pregunta Bernardo Rey.
Además, los coches tendrían más facilidades para adelantar a un VMP en una calzada ancha que en una estrecha. En todo caso, los usuarios optan por “convivir” al ‘estilo Madrid’, donde los carriles multimodales permiten que los vehículos de movilidad personal circulen por la derecha y con una limitación de la velocidad máxima. “Tenemos propuestas, pero no nos escuchan”, lamentan.
Por otro lado, tampoco creen necesario llevar una prenda reflectante en todo momento, tal y como exige el proyecto de ordenanza. Aunque lo recomiendan “porque tenemos que hacernos visibles”, consideran que sería más efectivo que esa directriz se centrara en la iluminación. “No obligues a utilizar prenda reflectante siempre y déjalo a elección del conductor. En cambio, podríamos circular tanto de día como de noche con las luces encendidas delante y detrás, dejando el chaleco reflectante para situaciones meteorológicas adversas”, apunta Rey.
Seguro obligatorio
Menos polémica pero muy llamativa es la orden de contratar un seguro de responsabilidad civil con una cobertura de al menos 500.000 euros. La cantidad es “una exageración”, e incluso superior a la exigida a los ciclomotores. No obstante, la mayoría de los miembros de la asociación ya dispone de un seguro similar por unos 60 euros al año.
Asimismo, avisan de que algunas pólizas de hogar cubren daños a terceros fuera de la vivienda. “Mucha gente no lo sabe pero hay cláusulas que te cubren a ti con tu VMP, o incluso bici, y los daños a terceros”, indican.
Por todo lo expuesto, la asociación vaticina “muchas alegaciones” al proyecto regulador, que a su juicio podría atentar “contra la libertad de movimientos” debido a la limitación de viales. Esto podría impedir la aprobación del actual texto. De inicio, el propio colectivo advierte de su oposición al documento: “Si es necesario tumbar la ordenanza por la vía administrativa, habrá que hacerlo”.