Vigo contará este mismo año con un plan de movilidad urbana sostenible en el que se determinará áreas protegidas frente a emisiones contaminantes. Es decir, la ciudad ha iniciado ya el camino para crear su propio ‘Madrid Central’ con el que limitar el uso de vehículos contaminantes. Este ‘Vigo Central’ fijará las áreas de la ciudad en las que tendrán prioridad los transportes sostenibles.
El alcalde, Abel Caballero, anunció este martes que la junta de gobierno local dará luz verde a la propuesta, que se celebrará este viernes para establecer zonas de bajas emisiones. Esto supondrá la apertura de un período de veinte días hábiles para que la ciudadanía, las organizaciones y las asociaciones que lo deseen puedan hacer llegar al Concello sus opiniones al respeto, antes de que se inicie la redacción de la ordenanza.
La consulta pública estará habilitada en la web del Concello de Vigo. La Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética recoge que los municipios de más de 50.000 habitantes adoptarán antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible que incorporen medidas para reducir las emisiones derivadas del transporte, entre estas, las zonas de bajas emisiones.
Efectos del cambio climático
El gobierno de Vigo, según afirmó Caballero, podría delimitar varias. Los objetivos, explicó, pasan por mejorar la calidad de aire y la salud de la ciudadanía, reduciendo el ruido y las emisiones, también por contribuir a mitigar los efectos del cambio climático, generar modelos de transporte más sostenible y conseguir una mejor eficiencia energética.
Coches eléctricos
Las zonas de bajas emisiones, aseveró el alcalde, son instrumentos de gestión de la movilidad con los que ayudar a promover uno trasvase a modos de transporte más sostenibles y el uso de vehículos alternativos de bajas emisiones, como puede ser las motos o los coches eléctricos. A este respeto, Caballero recordó la función del ‘Vigo Vertical’, los elevadores, las escaleras y cuestas mecánicas implantadas en la ciudad.
Reducción de un 35%
El Concello prevé adaptar su modelo al objetivo del Plan Integrado de Energía y Clima (2021-2030), que estipula una reducción de los desplazamientos urbanos en vehículo privado motorizado del 35% de pasajeros por kilómetro.