La idea de cubrir el tranvía recuperado e instalado en Coia se resiste. La intención del Concello de Vigo de protegerlo con un vidrio laminado no ha suscitado interés entre las empresas que suelen trabajar con la administración local. El concurso público lanzado por el Ayuntamiento no ha encontrado ninguna firma interesada, por lo que será necesario replantear la licitación.
La Junta de Gobierno Local ha tenido que dar cuenta este viernes de que el procedimiento ha quedado desierto pero la administración municipal hará un nuevo intento. “Volveremos a sacarlo a concurso mediante los mecanismos que proporciona la ley”, indicó Abel Caballero tras la reunión con su equipo de concejales.
La Concellería de Fomento se pondrá manos a la obra “inmediatamente”, según el alcalde, para reformular la propuesta inicial. Tras fracasar con ella, cuyo importe ascendía a 120.000 euros, el departamento que dirige Javier Pardo tendrá que mejorar las condiciones del contrato.
La intención es retirar las antiestéticas vallas que rodean ahora al tranvía y dotarlo de una ornamentación más cuidada, que incluye un reloj en lo alto, reforzando así la imagen de esas antiguas cocheras. La protección que se instalará no impedirá acercarse al vagón para que los vecinos y curiosos lo observen de cerca. A su alrededor se habilitará un espacio de visita.
La adquisición de este tranvía se gestionó contactando con un coleccionista de Zaragoza, propietario de una numerosa cantidad de ejemplares entre los que figuraba uno del norte de Portugal, finalmente adquirido y restaurado como el número 18 de Peniche. Durante décadas, los viejos vagones estuvieron en una vía en la Florida, a merced de vándalos, y ninguno se ha conservado.
El Concello de Vigo adquirió un vagón ‘gemelo’, que fue objeto de pintadas en mayo de 2019, para recuperar una parte de la memoria de aquellos tiempos, cuando estos vehículos, además de las líneas urbanas, iban de Vigo a O Porriño, Nigrán, A Ramallosa y Baiona.