Es la mayor playa de Vigo por superficie -sí, más que Samil (16.000m2) aunque no lo parezca- y llegó a tener 30.000 metros cuadrados en los años 60. Después de tres décadas de continuas agresiones urbanísticas -fincas, muros, campos de fútbol, establecimientos…- y proyectos fallidos para viviendas, su espacio se redujo considerablemente -unos 23.000 metros- hasta quedar en serio peligro su complejo dunar.
Fue ya iniciado el siglo XXI cuando comenzó su recuperación y después de 20 años está a punto de lograr la declaración de Espacio Natural de Interés Local (ENIL). El Concello de Vigo inició en 2013 la tramitación y puso en marcha un plan de conservación que ya se puede calificar como un rotundo éxito. Los resultados son visibles y avalan una actuación que podría convertirse en ejemplo para la recuperación de Samil, mucho más afectado por la presión urbanística y sin rastro de las dunas que hace 50 años lucían en todo su esplendor.
Tal y como explicó el alcalde de Vigo, Abel Caballero, en su comparecencia de este jueves ante los medios de comunicación, las medidas tomadas por el Concello durante la última década permitieron que actualmente la duna tenga 7,7 metros de altura sobre el nivel del mar (1,7 metros más desde 2010), 21 metros de ancho (4,6 metros recuperados en los dos últimos años y 11 metros desde 2010), 220 especies de flora y fauna, perdidas hace 20 años, y un aumento de dos metros de vegetación dunar. Además, ahora mismo existen ya especies pioneras que colonizaron 30 metros más allá del cierre perimetral.
El Diario Oficial de Galicia (DOG) publicó este jueves el anuncio por el que la Consellería de Medio Ambiente somete a información pública y audiencia el proyecto de decreto por el que se aprueba el plan de conservación hecho por el Ayuntamiento de Vigo. De este modo, el documento encara la recta final de su tramitación administrativa y durante un período de 15 días hábiles -que comienzan a contar a partir de mañana- los ciudadanos, colectivos, o cualquier persona física o jurídica interesada podrán acercar, preferentemente por correo electrónico, las consideraciones y comentarios que consideren oportunos con relación a dicho plan, elaborado por el Concello como promotor de la iniciativa.
La inversión global prevista por el Concello en su plan de conservación para la gestión del complejo dunar es de 815.652,52 euros en los próximos seis años (2021/2026), que se destinarán principalmente a la restauración y conservación de los hábitats dunares, a la eliminación de especies invasoras, a la gestión del uso público, al mantenimiento del propio ENIL, a la potenciación de la conectividad del espacio con el entorno y a la protección del paisaje. La ampliación del conocimiento científico y las acciones de divulgación, sensibilización y educación también están previstas en esta planificación.
El plan ya recibió los informes favorables del Servicio de Patrimonio Natural de Pontevedra, Dirección General de Ordenación del Territorio, Dirección General de Pesca, Costas del Estado y Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio para la Transición Ecológica.
Ejemplo de recuperación de sistemas dunares
Los arenales de O Vao y Baluarte son un referente en los procesos de recuperación ambiental de los sistemas dunares degradados: fue un gran sistema dunar sometido a una fuerte presión en la década de los años 80 que logró recuperarse paulatinamente y con mucho esfuerzo. En cuanto a su calidad ambiental, en estos momentos el espacio acoge hábitats naturales de interés comunitario representativos de las dunas marítimas atlánticas.
O Vao acoge un abanico diverso de especies y comunidades vegetales asociadas a las dunas móviles embrionarias, colonizadoras de primera línea (Hábitat de interés comunitario 2110); dunas móviles costeras colonizadas por Ammophila arenaria, que conforman la segunda banda del sistema dunar (Hábitat de interés comunitario 2120); y dunas costeras fijas con vegetación herbácea o grises de las costas atlánticas, con sustratos fijos o semifijos, colonizadas por herbáceas y pequeños arbustos resistentes a la influencia del viento marino (Hábitat prioritario 2130) que constituyen la tercera de las bandas litorales.