La reforma del instituto Santa Irene, anunciada el año pasado y prevista para este verano, ha sufrido un pequeño pero importante cambio. La Consellería de Educación había decidido tapar el escudo franquista visible en la fachada del edificio con una chapa de acero inoxidable, dando cumplimiento así a la Ley de Memoria Histórica, pero el proyecto ha experimentado modificaciones en este sentido tras pasar la supervisión de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural.
La Dirección Xeral ha emitido un informe desfavorable contra esta actuación porque, a su juicio, “a intervención proposta non é compatible coa conservación dos valores culturais do inmoble” y porque “o escudo en si conta cun valor artístico e significado histórico que poden ser supostos de excepcionalidade na retirada do mesmo para dar cumprimento á Lei de Memoria Histórica”.
Este criterio no es del agrado del Concello de Vigo, que ha otorgado la licencia para la obra al considerarla muy necesaria pero ha interpuesto un recurso de reposición, previo al contencioso-administrativo, contra la decisión de Patrimonio Histórico. De esta manera, la administración local pide que se respete el planteamiento original.
“Hay una ley, la de Memoria Histórica, que se tiene que cumplir”, ha defendido este viernes Abel Caballero, que ha mostrado su desconcierto por el hecho de que una consellería de la Xunta diga una cosa y otra la contraria.
La rehabilitación del Santa Irene ha salido a licitación por un importe de 1.265.487 euros. Está previsto que las obras se prolonguen durante siete meses, por lo que coincidirán con el curso escolar 2020-21.
Las actuaciones programadas se dividen en tres tipos: mejora energética, mejora de la accesibilidad y mantenimiento. Así, se sustituirán los materiales de la actual cubierta, se repararán las ventanas de madera, se mudarán las rejas de las ventanas del sótano y se revisará la carpintería de aluminio existente. Además, se instalará nueva iluminación LED, y calefacción y ventilación mecánica y se drenarán los muros exteriores bajo rasante.
Para mejorar la accesibilidad del centro se instalará un ascensor de bajo consumo, se habilitará un nuevo acceso desde el espacio exterior al semisótano y se adaptarán los aseos de todas las plantas y los pasamanos de las escaleras.
Entre otros trabajos de mantenimiento, se repararán las humedades y las brechas en paredes y techos, así como el pavimento. Igualmente, se pintará el interior del inmueble y se revisarán las de las fijaciones de la maquinaria del reloj de la torre.