“Cada vez va mejor. Nunca pensé que me fuese a ir tan bien”. Hace menos de dos meses que Alejandra Cabral fundó con toda la ilusión Rayo Verde, una tienda de ropa vintage en el centro de Vigo. Mucha ilusión pero todas las dudas, que poco a poco se van disipando gracias a la buena acogida que está teniendo su negocio de ropa de segunda mano. “Es ropa auténtica, de calidad”, asegura la emprendedora viguesa.
Rayo Verde completa así el triángulo vintage del centro de la ciudad, que comenzaron a trazar Flamingos (hace siete años) y Weena Vintage (hace tres años). Cabral defiende que la cercanía entre los locales, lejos de perjudicarles, beneficia a los tres negocios. “La gente hace la ruta por las tres tiendas. Nos viene muy bien porque nos mandamos clientes de unas a otras”, asegura Alejandra. Además, explica: “cuantos más negocios haya así mejor, porque la gente se va concienciando de la necesidad de reutilizar, es más sostenible”.
Gente joven que busca esa ropa retro de moda, pero también mayores y muchos turistas que bajan de los barcos y van directos a las tiendas, son sus principales clientes. “Ahora se llevan mucho los crop-tops y los pantalones de cintura baja. Es una mezcla de los años 70 y 90”, indica Alejandra Cabral. Ya se sabe, que en cuestión de moda, todo vuelve.
La responsable de Rayo Verde, situada en Doutor Cadaval 36, lamenta que ahora la ropa, como los electrodomésticos, tiene una vida útil muy corta. “Ahora la ropa está hecha para usar y tirar. Un pantalón te dura dos lavados y luego ni para trapos”, dice. Sin embargo, las telas de antes tenían otra calidad e, incluso, sentaban mejor, según explica, referenciando las camisas de los años 70.
Ropa de EE UU y Holanda
En su tienda la mercancía entra todas las semanas procedente de EE UU y Holanda. “Ahora mismo lo que tengo más es ropa de entre los 60 y los 90, que es lo más se vende”, explica Cabral, destacando el auge de las ‘crazy jackets’ ochenteras, así como las faldas coloridas de los 60 y las camisas hawaianas de los 70, que siempre son un éxito.
Cabral asegura que su ropa no es cara, ya que la mayor parte de las prendas están entre los 12 y los 40 euros. Siempre hay algún que otro tesoro por el que que hay que pagar algo más como ese vestido de Yves Saint Laurent de los años 60, que ronda los cien euros, o una chaqueta motera negra de piel con flecos, que se vende por 500 euros.
Levi’s, Adidas, Armani, Wrangler, algún Fred Perry o la popular ropa ‘de trabajo’ de Carhartt y Dikis integran las marcas que se pueden encontrar en el establecimiento.
“Tenía que haber nacido en otra época”
“Yo tenía que haber nacido en otra época”, bromea la emprendedora, que se confiesa una entusiasta de los años 40, 50, 60 y 70.
Antes de fundar hace pocas semanas Rayo Verde, la viguesa Alejandra Cabral se ganaba la vida como sombrerera. Con su propio taller en casa, diseñaba y fabricaba sombreros y tocados por encargo, pero llegó a la conclusión de que el negocio no le salía a cuenta. “Fabricar un sombrero es muy caro y lleva mucho tiempo y aquí no hay mercado”, asegura.
Aunque confeccionar sombreros y tocados le fascinaba, es algo que de momento ha dejado de lado porque no lo puede compaginar con atender la tienda, un negocio que funciona y donde luce alguna de sus creaciones. “En los años 20 o 30 todo el mundo llevaba sombrero, tanto hombres como mujeres, pero ahora es algo que ha caído en desuso, al menos por aquí”, lamenta.