El de hoy no es un lunes cualquiera para Rubén García Miguélez, el propietario de Casa Puentes, un restaurante situado en la calle Progreso que también es despacho receptor de Lotería.
Tras descansar el fin de semana, a las diez de la mañana abría las puertas del restaurante más famoso del momento en la ciudad después de haber otorgado, este sábado, un premio de La Primitiva dotado con 1.305.817,54 euros a uno de sus clientes.
Y es que además, pese a lo que suele ocurrir en estos casos, Rubén sabe quién es el afortunado ganador que desde este sábado ha pasado a engrosar la lista de millonarios de la ciudad. «Fue pura casuística. Un cliente de toda la vida que además es de mi quinta tenía un viaje y me pidió el viernes de la semana pasada que le sellase una Primitiva para toda la semana de tres apuestas», ha explicado. Rubén le hizo el favor, sacó el boleto de la máquina y le envió por Whatsapp una foto del comprobante, que todavía guarda como un tesoro y que, bromeó, «está todavía sin pagar».
Fue otro cliente, añade, el que le dio la noticia el sábado por la noche de que el establecimiento aparecía en la web de Loterías del Estado como lugar en el que se había dado el premio millonario. «Es un cliente que está muy encima de los sorteos, que le gusta ser de los primeros en ver esas cosas y me llamó para darme la enhorabuena por haber sellado el premio ganador», manifiesta Rubén.
Por «pura curiosidad», asegura, y como le había enviado al otro cliente la foto por Whatsapp de la combinación, Rubén accedió a su galería de imágenes para comprobar si se trataba del premiado. «Quise ver si era ese boleto que tenía guardado y justo era ese», relata todavía sorprendido.
Acto seguido, llamó al afortunado que, por supuesto, «pensó que era una broma». Se trata, por tanto, de un conocido que además es «de la quinta» de Rubén, por lo que ronda los cuarenta años. «Como tenemos muy buen rollo, creyó que le estaba tomando el pelo por lo de que estaba de vacaciones y que a ver cuándo volvía y todo eso, y me costó convencerle. Le dije que comprobase en la web de Loterías la foto que yo le había enviado con la combinación y que me volviese a llamar», indica Rubén que, al poco tiempo, efectivamente, recibió la llamada de un asombrado nuevo millonario que no daba crédito a lo que había ocurrido.
«Creo que me quedé yo más en shock que él, porque no se lo creía, no dejaba de pensar que era una broma y que yo le estaba contando una milonga», recuerda Rubén, entusiasmado y muy feliz por entregar semejante premio.
«Para nosotros es algo fantástico porque se nos abre la posibilidad de que más gente quiera venir a sellar sus boletos a Casa Puentes. Somos un local familiar que llevamos 47 años abierto y estamos muy felices por entregar ese premio», señala Rubén, que heredó el negocio tras la jubilación de su madre, María Amalia Miguélez.
Preguntado sobre si por unos segundos tuvo la tentación de no avisar al cliente, responde tajante. «No, para nada. Para mí el honor vale mucho más que ese millón de euros».