¿Cuál es el origen de los cruceiros? ¿Quién era la Mangallona? ¿Y María Soliña? ¿En origen a qué fantástica criatura se celebra la fiesta de la Coca?
A estas y otras muchas preguntas responde Yago, el guía de Vigo Turístico durante la ruta de los misterios y leyendas de Vigo, una propuesta diferente para descubrir la ciudad desde otra perspectiva y de una manera amena y entretenida, conociendo de paso las leyendas e historias de Vigo pero también de las localidades del entorno como Redondela o Cangas, por ejemplo.
Este tipo de rutas, que se han popularizado en las principales ciudades de todo el mundo, forman parte de los conocidos como free tours, iniciativas en las que son los asistentes quienes deciden cuánto pagar al guía. Por lo tanto, no existe un precio predeterminado pero a la hora de pagar «la voluntad» al guía, es bueno recordar que no todo el dinero será para esta persona, ya que una parte será para la plataforma que se encarga de las reservas, Civitatis, con la que colabora la empresa local Vigo Turístico, que cuenta con esta y otras rutas para descubrir la ciudad. La reserva, además, es gratuita pero hay que dejar un número de cuenta y se cobrarán cinco euros por cada inscrito en el caso de que no se presenten o no anulen con cierta antelación.
El punto de partida para comenzar la ruta es la Porta do Sol, bajo la estatua del Sireno y el guía, pertrechado con un paraguas rojo, comienza por las calles del Casco Vello Alto un recorrido repleto de historias fascinantes que no suelen aparecer en las rutas turísticas. Vigo es una ciudad repleta de misterios, que serán más o menos escalofriantes en función de la edad del público.
También los propios vigueses descubren durante esos paseos historias desconocidas y otras muchas que alguna vez escucharon pero que no se recuerdan por completo. La primera parada es en la actual plaza de Calatrava, para fijarse en una curiosa estatua ubicada en mitad del recinto y bajo la atenta mirada de un antiguo edificio del barrio antiguo. El origen y sentido de dicha estatua es desconocido, incluso, por los locales que, de vez en cuando, se cuelan en estas rutas para conocer algo más de su propia ciudad.
La ruta continúa por las callejuelas del Casco Vello para llegar hasta el Paseo de Alfonso, la antigua puerta de la Falperra, donde Yago explica los detalles históricos de tres puntos de interés muy importantes en la zona: la actual fuente que se encuentra en la plaza, el centenario Olivo y la escultura de «A fada e o dragón» que observa a la ría de Vigo.
Una visión al Puerto de la ciudad desde uno de los mejores miradores del centro para seguir por la calle Poboadores y adentrarse en una de las zonas más desconocidas para locales y turistas. La primera parada, donde se conocerán más detalles sobre la Santa Compaña será en el cruceiro que se encuentra a los pies del Barrio do Cura.
Tras ello, se sigue bajando por Poboadores para conocer la historia del Peto de Ánimas que se encuentra al final de la cuesta. Los más curiosos preguntan y quieren conocer más detalles sobre las figuras y esculturas que conforman este Peto de Ánimas, sorprendiéndose con las respuestas del guía.
La ruta continúa así por otras zonas muy desconocidas del Casco Vello. Se llega a la Praza do Peñasco, una de las más bonitas del barrio histórico y muy desconocida. Allí Yago revela detalles de los misterios que relacionaban a Vigo con Cangas do Morrazo.
Tras ello, se continúa por la calle más estrecha de la zona vieja para acabar subiendo por la calle dos Perigos y hacer una parada en la confluencia con la calle Alta. En este punto, se desvelarán los misterios de un alto y antiguo edificio que posee un peculiar escudo de armas en su fachada.
Sigue la ruta por las calles del barrio histórico para acabar delante de la Casa Camoes y el entorno de la calle de los Cesteros, uno de los puntos más emblemáticos y con más historia de la ciudad.
Los misterios y leyendas de Vigo llegan a su fin en una ruta nocturna que, en los últimos días, estuvieron pasadas por agua pero que, aún así, no desanimaron a los múltiples grupos de turistas y de vigueses que se animan a hacerla.