Tal y como sucede en la mayoría de rutas, Ryanair todavía no había cargado en sus canales de venta la parrilla de vuelos prevista entre Vigo y Barcelona para más allá de marzo de 2023. Después de los últimos desencuentros con el alcalde, Abel Caballero, y tras confirmarse que no optará a un nuevo posible contrato, podían albergarse hasta dudas sobre su continuidad en el aeropuerto de Peinador. De hecho, la compañía, que había regresado a la ciudad a la espera de que se lanzase ese concurso público, redujo sus frecuencias para la temporada de invierno en la terminal olívica. Pero la firma irlandesa ha decidido quedarse más tiempo.
Ryanair seguirá en el aeródromo vigués al menos hasta octubre de 2023, por lo que le resta como mínimo un año de actividad en Peinador. Eso sí, por ahora sus planes de primavera son casi de mínimos, aunque no se descarta un aumento porque la venta de algunos vuelos se encuentra bloqueada y posiblemente se desbloquee. Actualmente, la aerolínea ofrece vuelos únicamente los sábados y domingos durante la primavera.
La programación disponible una vez que se inicia el verano astronómico se amplía para añadir los martes y los miércoles a la operativa habitual. Estos planes se mantendrán hasta finales de octubre. O lo que es lo mismo, hasta que, un ejercicio más, se retome la temporada aeronáutica de invierno.
Así pues, la reestructuración de la compañía en Peinador implica un reseñable cambio de jornadas, ya que ahora vuela entre Vigo y Barcelona los martes, jueves y sábados. Esta dinámica, como decimos, continuará intacta hasta la primavera.
- Hasta finales de marzo de 2023: martes, jueves y sábado
- Durante la primavera de 2023: sábado y domingo con posibilidad de añadir martes y miércoles
- Desde finales de junio hasta finales de octubre de 2023: martes, miércoles, sábado y domingo
Buenos precios para noviembre
Todo ello sin las subvenciones a las que suele estar abonada Ryanair, que quizás ha comprobado la respuesta favorable que tiene ‘a mercado’ la ruta entre la ciudad olívica y la capital catalana. Su ocupación siempre ha sido buena, bastante por encima de los umbrales mínimos de rentabilidad.
Y esa ausencia de ayudas públicas no le está impidiendo ofrecer buenas tarifas. Aunque no se pueden encontrar ‘chollos’ durante todo el año, en meses como el próximo noviembre es posible comprar billetes por 8 o 9 euros para ir de Vigo a Barcelona. Los trayectos de regreso salen un poco más caros, pero tampoco demasiado: los hay por 17 o 20 euros.