Vigo y su comarca volvió a disfrutar de la noche de San Juan otra vez. Tras dos años en blanco debido a la pandemia, había ganas de quemar lo viejo y lo malo y celebrar la llegada del solsticio de verano con una gran fiesta.
La amenaza de lluvia no persuadió a los miles de jóvenes, familias y vecinos de todas las edades que se acercaron a alguna de las 22 hogueras autorizadas a lo largo y ancho de la ciudad a disfrutar de la noche más corta. Y al final la lluvia no aguó la fiesta.
El fuego, las sardinas y la troula fueron las protagonistas en una noche que además coincide con el comienzo de las vacaciones escolares, por lo que la fiesta estaba más que asegurada.
A pesar de que el alcalde volvió a recordar esta semana la prohibión de hacer hogueras en la playa, parques y jardines municipales, un paseo por los arenales vigueses permitía comprobar como, un año más, lugares como la playa de Samil estaban sembrados de pequeñas fogatas con grupos de jóvenes a su alrededor.
Casco Vello, Berbés, O Freixo, Cabral, Matamá, Teis, Alcabre o Coruxo son sólo algunos ejemplos de los 22 lugares autorizados por el Concello para la celebración del San Xoán con hoguera y en todos ellos la fiesta incluía sardiñada y distintas actividades como conciertos, conxuros y queimada para disfrutar de una noche tan especial.
En el listado de las hogueras autorizadas este año faltaba una que llevaba 25 años celebrándose: la de Bouzas. La asociación vecinal lamentó que la Autoridad Portuaria de Vigo, que alega razones de seguridad y normativa propia, no haya concedido el permiso necesario para encender una en el aparcamiento, donde “no hay árboles ni cables”, tal y como comentan a VIGOÉ desde la asociación. Así pues, al no poder disponer de la “reina” de la noche, el barrio no contó con fiesta oficial de ningún tipo y los vecinos tuvieron que desplazarse a lugares como Alcabre para disfrutar del San Xoán.