Las obras de regeneración de la duna de Samil cumplirán el próximo domingo, 30 de marzo, seis meses desde su inicio, a finales de septiembre. Restan todavía cuatro meses más de trabajos, pero éstos avanzan con celeridad y ya permiten contemplar el aspecto y las dimensiones que tendrá el nuevo paseo, así como las nuevas dimensiones de la parte final de la playa, tras retranquearse el paseo en 25 metros.
Numerosos operarios se afanan estos días en completar el nuevo paseo, más ancho y con un renovado diseño. Comenzaron desde la pista de patinaje y a lo largo de varias decenas de metros ya se han colocado las nuevas losetas, de color arena, entre las que se intercalan algunas de color blanco. Unos colocan losetas, otros trabajan en el hormigonado del paseo y algunos trabajan también en otros aspectos como son el cableado para la iluminación y otro tipo de canalizaciones.
En la parte más próxima al pinar, mientras tanto, se han instalado unas redes para favorecer la evolución de la duna y también piquetas de madera que señalizan el recorrido del futuro paseo de madera, que dará continuidad al de hormigón en el extremo norte de la playa. Destaca, en medio de la playa una enorme palmera solitaria que han rodeado también de piquetas de madera, tal vez para señalizar la zona de protección de la duna.
El objetivo es que puedan acabar a tiempo para la temporada veraniega o al menos una parte de ella ya que la previsión es que en agosto esté finalizado. Y a pesar de que ya se ha superado el ecuador de las obras, siguen despertando el interés de los transeúntes, que se detienen a menudo a contemplar cómo ha crecido la playa o cómo avanza el nuevo paseo una vez desaparecido 450 metros del actual, que data de la década de los setenta y que ocupó el lugar de la antigua duna, que ahora se protege para que vuelva a lucir su antiguo esplendor.