Ese minuto de silencio fue el mismo tiempo que habría necesitado para ponerse el chaleco antibalas y evitar quizás las heridas mortales sufridas por los disparos recibidos. La joven fue enterrada el domingo en la localidad lucense de Guitiriz después de instalarse su capilla ardiente en la Comisaría de Vigo.
Agentes de la Policía Local y Nacional escoltaron los restos mortales de Vanessa por las calles de la ciudad en su camino hacia Lugo. El compañero herido sigue en estado grave, pero su evolución es buena y está fuera de peligro.