Fue un acto sin el clásico champán ni la rotura de la botella, como es tan habitual en los astilleros vigueses que se encuentran a un kilómetro escaso. Esta vez fue con ron, de la marca Cacique, y con la imagen del indio sustituida por la del alcalde, Abel Caballero.
Se cantaron de nuevo las consignas de siempre, pero en esta ocasión hubo más risas que lamentos. Los vecinos prepararon para la ocasión una botella de unos dos metros de alto y sesenta centímetros de diámetro. Su intención era ocupar de nuevo la rotonda para llevar junto al barco, pero finalmente hubo acuerdo con los agentes para que solo una «delegación» se aproximase.
De esta forma, cinco personas tuvieron el «honor» de acceder a la zona vallada y proceder a la «botadura» del ron Cacique. Los convocantes aplaudieron y a más de un policía se le escapó la sonrisa. Desde la Asemblea Aberta de Coia señalaron que no habrá más actos de protesta durante el fin de semana.
«A imaxe do Alfageme na rotonda, é a imaxe dunha loita común, dende abaixo, que foi quen de reavivar dinámicas de denuncia e resistencia comunitaria e que recuperou tecido social do barrio, e da cidade, nun fronte unido», señalaban este viernes desde la Asemblea para anunciar esta «inauguración».