Nueve días seguidos lloviendo parecen suficientes. En mayor o menor medida, Vigo llevaba más de una semana sin librarse de algún chaparrón ni una sola jornada. En este tiempo se han recogido algo más de 100 litros por metro cuadrado en el casco urbano de la ciudad, con el domingo a la cabeza con 46 litros por metro cuadrado. Por si no fuera bastante, el viento acompañó todo el fin de semana con ráfagas que alcanzaron los 80 kilómetros por hora en el campus universitario. Pero esta situación llega a su fin en tierra.
Vigo ha dicho adiós a las precipitaciones y ha podido salir a la calle este miércoles ya sin paraguas. Pero además a la ciudad le esperan por delante al menos otros dos días de sol y temperaturas primaverales. El tiempo cambiará y permitirá gozar de máximas que se irán por encima de los 20 grados. Aunque las mínimas refrescarán el miércoles y el jueves, el viernes subirán sensiblemente hasta los 14º.
La situación es bien distinta en el mar, donde se mantiene activa la alerta naranja en las Rías Baixas, tanto para el miércoles como para el jueves. Se esperan olas de entre 5 y 6 metros debido al temporal costero que causarán las borrascas situadas en el Atlántico Norte. Este miércoles por la mañana ya era posible ver barcos fondeados en plena ría de Vigo, a refugio de esa marejada.
En todo caso, la ciudad podrá disfrutar un clima radicalmente distinto al menos hasta el fin de semana. Para entonces la previsión es algo incierta. Aunque algunos servicios meteorológicos apuestan por un predominio anticiclónico, la mayoría se pronostican una alternancia de nubes y claros. No descartan incluso alguna precipitación puntual de carácter débil el sábado por la mañana.