Cuando cuatro jóvenes hosteleros deciden abrir su primer negocio y apuestan por un «bar cultural egipcio» envían un mensaje claro: no quieren abrir un bar normal. Sus clientes, como consecuencia, entrarán con una intención. En el número 16 de la calle Teófilo Llorente se abre una puerta a lo extraordinario.
En Templo convivirán la poesía con la música y el teatro, los monólogos, la música en directo y el karaoke con los mercadillos y talleres y toda suerte de propuestas, tan mundanas como elevadas y de naturaleza tan diversa como posible. El objetivo es compartir, concebir, promocionar y generar cultura y redes. Todo ocurrirá en un escenario ambientado en el antiguo Egipto de miércoles a sábado y a partir de las 19:00 horas.
Los ideólogos de este concepto son Sara González, Natalia Rey, Andrés Otero y Vanesa Fariña, compañeros recién titulados en el Centro Superior de Hostelería de Galicia sobrados de inquietudes y ambición. «Siempre se empieza con un poco de miedo, pero sabemos que asumir riesgos para conseguir nuestro objetivo». Tiene claro que en Templo ocurrirán cosas que irán mucho de la experiencia de acudir a un local de hostelería.
Sara González se sorprendió la semana pasada con el éxito del «Quiz» que celebraron y el buen ambiente en el que los participantes interactuaban mientras bebían cerveza y cócteles variados y respondían preguntas de todas las ramas del saber. Las perspectivas en el taller de collares que organizaron para la próxima semana son muy altas después de comprobar la demanda de sus adeptos.
Acaban de abrir una cuenta de Instagram donde compartirán los detalles de sus próximos eventos. No se cierran a nada salvo a sesiones de DJ porque su naturaleza no es convertirse en una discoteca sino un bar cultural de copas donde se toma la primera. De la música se encargan ellos y aclaran que allí no sonarán las mismas canciones que en otros locales, no les interesa ser un lugar común. La única forma de conocer la esencia de Templo es acudir y empaparse de ella.