El equipo de enfermería de la Unidad de Hospitalización de Otorrinolaringología y los logopedas organizaron un taller para mostrar las técnicas de rehabilitación del olfato a los pacientes con estoma respiratorio, los laringectomizados.
El taller, en el que participan diez pacientes, fue impartido por la logopeda Raquel Rivera, experta en la rehabilitación de las secuelas post Laringectomía total.
A los pacientes sometidos a tratamiento para cáncer de laringe se les realiza una Laringectomía total (extirpación de la laringe). Tras esta intervención, el acceso de aire por la nariz y por la boca queda interrumpido permanentemente, y la respiración se realizara a través del traqueostoma. Esto provoca que las partículas olorosas no pasen por los tejidos sensoriales, principales responsables del olfato, quedando así afectado este sentido.
En realidad, la función permanece intacta, siendo la modificación del canal respiratorio lo que la invalida. Por lo tanto, con rehabilitación olfativa se puede enseñar métodos que activan el flujo de aire nasal y que pueden ayudar a recuperar el olfato.
Técnicas rehabilitadoras
Entre estas técnicas rehabilitadoras cabe subrayar la del “Bostezo educado”. El aprendizaje de esta técnica resulta esencial para restablecer la función, en aquellos casos en los que haya quedado afectado.
Básicamente, consiste en bostezar con la boca cerrada. Al hacerlo de este modo, el aire entra por la nariz y puede recuperar el sentido del olfato.
El sentido del olfato, uno de los más primitivos del ser humano, resulta esencial para vivir, sentir y adaptarse al mundo. Nos ayuda a protegernos y también a comunicarnos. La pérdida de este sentido puede suponer un riesgo para la salud y la seguridad de la persona, suscitando dificultades tales cómo identificar humo, gas o alimentos en mal estado, además de ocasionar impacto en la higiene personal. En definitiva, la pérdida del olfato provoca una importante merma de la calidad de vida del paciente.