La Agencia Española de Protección de Datos ha amonestado (sin sanción) a una discoteca de Vigo por una grabación «indiscreta» en la que quedó al descubierto una infidelidad de un cliente. Los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2019 en el local Posada de las Ánimas cuando en un vídeo que se publicó en la red social del establecimiento aparecía un hombre besándose la noche anterior con una mujer que no era su pareja.
El perfil de Instagram de la discoteca viguesa colgó la publicación como uno de los clásicos vídeos promocionales. El cliente se percató de la situación y solicitó que fuese retirada la publicación. Según publica este sábado El Confidencial, los responsables del negocio consideran que «quien entra en el local está expuesto a ser grabado». En cambio, la Agencia Española de Protección de Datos los ha apercibido. Considera la agencia que una de las condiciones que convierte en lícito el tratamiento de datos personales es la existencia de consentimiento del interesado.
«He sufrido un daño moral importante, ya que con la persona que me besaba no era mi pareja en aquel momento», explicó el cliente en el escrito que presentó el 28 de octubre de 2019 ante la Agencia de Protección de Datos. El hombre solicitó una sanción al entender que se trataban de «imágenes personales sensibles sin mi consentimiento»
La resolución aplica el artículo 6.1 del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Indica que es necesario ese consentimiento explícito. Añade también que el responsable de la difusión de esa información tendrá que poder demostrar que ha recibido tal permiso. «La manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca por la que el interesado acepta, ya sea mediante una declaración o una clara acción afirmativa, el tratamiento de los datos personales que le conciernen», asegura.
No reincidente
En este caso, la agencia indica que la toma de fotografías e imágenes para su difusión no cumple con la normativa. Apunta que no acredita que ha recibido consentimiento de todas las personas que aparecen en las publicaciones. En cualquier caso, la Agencia de Protección de Datos se muestra benévola con la discoteca de Vigo. Al no ser reincidente, le impone adoptar las medidas necesarias para acreditar siempre el permiso de los interesados.