La carta, firmada por Rosa María Arrondo e Ignacio Vilas, está dirigida a la Xunta y a la Valedora do Pobo y en ella esta pareja reclama que las hermanas C y C.B.K., de 3 y 4 años, «no pasen un día más en un centro de menores y que vuelvan con su familia de acogida».
En la misiva, publicada en Change.org este jueves, día 7 de septiembre, la pareja señala que pertenece al Banco de Familias Acogedoras de Cruz Roja Pontevedra desde junio de 2011 y que participan en el proyecto de Acogimiento Familiar.
Añaden que en junio de 2012 acogieron a una de las niñas con apenas 19 días y que al año siguiente, en agosto de 2013, tras enterarse a través de Cruz Roja que nació su hermana pero que pretendían entregarla en otra familia de acogida comunicaron al equipo de menores de la Xunta su disponibilidad y deseo de acogerla para que ambas hermanas creciesen juntas en el mismo ambiente familiar. Tras entenderlo del mismo modo la Xunta, prosigue la carta, la pareja recibe a la hermana menor con apenas 9 días de edad.
Explican que hasta el año 2015 todo transcurrió con normalidad pero que el «problema comienza cuando, con la intención de separar a las hermanas, el equipo de adopción de la Xunta busca una familia adoptiva para la hermana mayor». A partir de ahí, subrayan, transmitieron su oposición a que ambas hermanas se separen priorizando «el interés y bienestar» de las niñas.
En la carta continúan explicando que el 18 de marzo de ese año fueron citados en el Servicio de Menores, al que acudieron acompañados por las niñas y que ese día fue el último que las vieron. «A nosotros nos meten en un despacho y a las niñas se las llevan a otro. Ya sentados, se ponen a leer el dictamen que habían elaborado y en un determinado momento sacamos la conclusión de que no las íbamos a volver a ver, entonces interrumpimos la lectura y le preguntamos sobre lo que habíamos intuido, a lo que nos contestan que ya no vamos a volver a verlas y que en este momento se las están llevando a un centro de menores en Vigo. Se nos encogió el corazón», señalan.
«Toda la labor humana que habíamos hecho durante esos años la han tirado a la basura, como si nuestra opinión no importase y lo peor de todo, como si las niñas fueran unos paquetes. Por la puerta de atrás de la Xunta de Vigo. Sin despedida, sin periodo de preparación para la separación… nos quedamos con sus abrigos, sus chupetes y su trapito, compañero inseparable, en las manos», prosigue la carta en la que indican que tras oponerse uno de los técnicos de la Xunta le responde con un «As normas as poñemos nós”. «Nosotros somos a partir de este momento familia non grata para la Xunta de Galicia», lamentan.
Por ello, un año después, han lanzado una petición a través de las redes sociales para exigir que se les devuelvan las niñas o que, en todo caso, no sigan en el centro de menores en el que se encuentran desde entonces, hace ya más de un año y medio por lo que la «excusa» de que se las quitaban para pasar «un periodo en un centro de menores para su integración familiar estable» en una adopción no se ha cumplido, remarcan.
«Los acogedores pedimos el regreso de las niñas a su familia acogedora y que crezcan juntas hasta la reintegración familiar (regreso a su familia biológica) o bien, hasta la designación de la familia adoptiva (que adopte a las hermanas juntas)», concluye la carta.
Por su parte, la Xunta respondió horas después a la denuncia ciudadana realizada por Rosa María e Ignacio defendiendo su «correcta actuación» y alegando que existen cuatro autos judiciales que respaldan su postura. En una nota, insisten en que la decisión de separar a las niñas de la familia e ingresarlas en un centro de menores fue para favorecer la integración de las niñas en un proceso de adopción en una misma familia ya que la pareja de acogida «manifestó abiertamente su intención de interferir negativamente» en dicho proceso.