Lleva en ruinas ya más de dos décadas y ha sufrido tantos incendios que ni siquiera los bomberos tiene contabilizado el número de veces que han acudido a sofocar las llamas. Solo queda en pie su fachada y desde este semana encara una nueva etapa con los trabajos para su lipmieza y recuperación.
Hablamos del asilo de la calle Pi y Margall de Vigo, en el que residieron durante un siglo las Hermanitas de los Ancianos Desamparados antes de vender el edificio y mudarse a un nuevo edificio en Alcabre. En los primeros años de ese siglo XXI el céntrico inmueble fue abandonado y acabo convertido en un estercolero en el medio de la ciudad más grande de Galicia.
Ahora, con gran parte de los derribos del Barrio do Cura ya casi finalizados, el futuro parece diferente. Lo único que se ha conservado es la fachada y este lunes han comenzado los trabajos para su limpieza.
Será sin duda el emblema de lo que debe ser el barrio más moderno de la ciudad con la previsión de que se construyan 400 viviendas, 36 de ellas con algún grado de protección oficial.
Además, la modificación urbanística apunta a más de 900 plazas de aparcamiento, un tercio de ellas en un parking público subterráneo; una plaza pública de 5.000 metros cuadrados, unos 200 árboles, 4.000 metros cuadrados de zonas verdes, un vial transversal que unirá el Casco Vello con la calle Torrecedeira, otra calle vertical desde el Berbés hasta el Paseo de Alfonso y un 30 por ciento de viviendas de protección.
Estas son las principales características del proyecto de Barrio do Cura que la Gerencia de Urbanismo del Concello de Vigo aprobará este jueves con el visto bueno a la modificación puntual del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM).
Los últimos planes del Concello pasan por prolongar el proyecto del túnel de la Porta do Sol hasta el Paseo de Alfonso, de forma que los vehículos desemboquen en el corazón del nuevo Barrio do Cura.
Nada ha sido fácil hasta ahora y en los últimos días la Xunta también reclamaba al Concello cambios en la planificación. Después de tantos años, la inmobiliaria Gestilar espera llevar a buen puerto los planes que iniciaron Valery Karpin y Míchel Salgado antes de que todo se viniese abajo.