El Bloque Nacionalista Galego urge medidas de la Xunta ante los graves problemas de convivencia en el Complejo Residencial de Atención a Personas Dependientes (CRAPD) de Vigo.
El frente nacionalista viene de registrar iniciativas en el Parlamento gallego para demandar la creación de unidades específicas para atender los casos de emergencia social y de psiquiatría, que hoy son derivados a centros de mayores como esta residencia pública del Meixoeiro, dependiente del Gobierno gallego.
Así, la diputada del BNG en el Parlamento gallego Alexandra Fernández exigió que el Gobierno de Rueda «tome cartas en el asunto de forma inmediata» y rectifique este protocolo ante las denuncias de las personas usuarias y del personal del CRAPD, que se vienen sucediendo desde el pasado año, a respeto de los problemas de convivencia y situaciones de inseguridad que se están produciendo en el centro.
En la actualidad, el CRAPD de Vigo acoge a más de 35 personas con perfiles psiquiátricos o de adicciones que no cuentan con la atención específica que precisan y que comparten espacios comunes y habitaciones con los mayores residentes.
«El problema no son las personas que son derivadas inadecuadamente y sin recursos la estos centros y que no deben ser estigmatizadas, sino la falta de una atención especializada», subrayó Fernández.
Por estos motivos, el BNG llama a poner en marcha en Vigo unidades de psico-geriatría en las residencias de mayores así como crear centros extrahospitalarios de carácter residencial, que permitan atender de forma integral a las personas con enfermedades psiquiátricas o en situación de emergencia social.
«Estas personas requieren de un tratamiento sociosanitario específico, con recursos suficientes y personal de apoyo especializado y formado para tal fin», reclamó la diputada nacionalista.
Fernández aseguró que con esta política de la Xunta, que es consecuencia del desmantelamiento de la red asistencial pública en el ámbito psiquiátrico y la ausencia de camas socio-sanitarias, «pierden todos».
«Pierden los pacientes psiquiátricos que no reciben la atención que precisan, pierden las personas mayores que viven con miedo e intranquilidad ante el ambiente que se está generando en la residencia, y también pierde el personal que ya ha sufrido episodios de agresiones y que no está preparado para tratar este tipo de perfiles», lamentó.