La Asociación Vecinal de Lavadores ha remitido este miércoles tres escritos al Concello de Vigo para que ponga fin a la «situación insostenible» que viven los vecinos a causa del comportamiento de unos okupas que desde hace un lustro habitan una casa ubicada en la Subida ó Sello y para que se hagan cargo de una parcela anexa a la vivienda, que es propiedad municipal y que se ha convertido «en un vertedero lleno de ratas».
En el primero de esos escritos, según ha explicado a Vigoé Antonio Rodriguez, presidente de Asociación Vecinal de Lavadores, solicitan a Urbanismo que envíe un técnico para que certifique el estado de la vivienda ocupada, que según los vecinos amenaza ruina y en cualquier momento se puede venir abajo causando alguna desgracia, más aún por el hecho de que los okupas llevan a cabo obras ilegales en su interior.
«Ahí no se puede vivir, y además hay niños», afirma Rodríguez de una casa que, según los vecinos, carece de agua y está ilegalmente conectada a la corriente eléctrica.
El segundo escrito ha ido a parar a Sanidad por el estado de insalubridad de la zona, lo cual enlaza con el tercer escrito, en el que expresan sus quejas por el estado de abandono de la parcela municipal anexa a la casa ocupada, que se ha convertido en un vertedero de basura perfectamente visible en las imágenes aéreas de Google Maps y que es donde crían y se reproducen las ratas.
«Solicitamos al Concello en nombre de los vecinos que se haga cargo de sus propiedades. Si reclama a los vecinos que tengan las fincas limpias, ellos deberían predicar con el ejemplo», afirma Antonio Rodríguez.
Además, los Servicios Sociales del Concello recibirán en breve un cuarto escrito denunciando las «condiciones infrahumanas» en las que viven los niños que habitan la casa ocupada.
Desesperados y atemorizados
«Pero en general lo que pasa es que los vecinos están hasta las narices: insultos recurrentes, faltas de respeto, insalubridad, ratas, basura de todo tipo, queman cable del que roban por ahí para sacar el cobre, hacen obras ilegales en la casa, los vecinos dicen además que se trafica con droga, que viene gente a comprar y que se drogan en la casa o en el misma calle», enumera Rodríguez.
Los vecinos, muchos de ellos de avanzada edad, viven atemorizados por las amenazas de los okupas y se lo piensan dos veces antes de salir de casa. Han llamado en varias ocasiones a la Policía, tanto Local como Nacional, y han sido los propios agentes los que les han recomendado presentar escritos al Ayuntamiento para que tome de una vez cartas en el asunto, algo que entienden que debería haber hecho hace mucho tiempo, ya que se trata de una cuestión que ha salido hasta en la televisión nacional.
«Aquí hay un problema y a los vecinos hay que darles una atención. Van cinco años con este problema. Y ya está bien», asegura Antonio, según el cual la Asociación Vecinal de Lavadores dará 15 días al Concello para que haga algo «que es el tiempo que te da la Administración a ti», para tomar otro tipo de acciones.
Las furgonetas de los okupas aparecen recurrentemente aparcadas en las entradas de los garajes de los vecinos, continúa enumerando Antonio, y en una ocasión se escuchó una explosión muy potente cuyo sonido los vecinos confundieron con el de una bomba. Después se supo que se había producido en el interior de un bidón cuya tapa voló 400 metros a causa de la detonación. «Si le cae a alguien en la cabeza lo mata», afirma.
En la casa ocupada no se sabe con certeza cuánta gente vive, porque hay muchas personas que vienen y van, pero no es esa la cuestión que preocupa a un vecindario que «ya no puede más» con esta situación: «Aquí vive gente mayor, de toda la vida, y están atemorizados. Esto es urgentísimo«, concluye Antonio Rodríguez, quién se pregunta para qué está la Administración si no es para actuar en casos como este.