El Parque Camilo José Cela, que conecta las calles Pi y Margall con Conde de Torrecedeira, está a punto de culminar su renovación integral. Las obras, iniciadas en octubre con un presupuesto de 350.000 euros, avanzan según el cronograma establecido, y el espacio está prácticamente listo para su reapertura.
Gran área infantil y mejoras deportivas
La remodelación del parque incluye la creación de una amplia zona infantil con equipamientos modernos. Tal y como explicó, el pasado año, el alcalde, la nueva área contará con pavimento de caucho anti-impactos y juegos como una cama elástica, un columpio, un balancín y estructuras de escalada, diseñados para garantizar diversión y seguridad. Además, se han instalado bancos, papeleras, una fuente y señalización renovada.
Otro de los puntos destacados es la reparación de la pista deportiva, que ahora dispone de porterías nuevas, bancos y un pavimento mejorado. Desde hace unos días, la pista de fútbol ya está abierta al público, aunque el parque en su conjunto permanece parcialmente vallado mientras se ultiman los detalles finales.
La zona bio-saludable también ha sido objeto de atención, con la renovación de los elementos para realizar ejercicios y la mejora de su pavimento. Asimismo, se ha reforzado la iluminación del parque para hacerlo más accesible y seguro en horario nocturno.
Un guiño literario en las vallas del parque
Una de las curiosidades del proyecto ha sido la incorporación de referencias al escritor Camilo José Cela en las vallas que rodean el parque durante las obras. Estas inscripciones rinden homenaje al autor que da nombre al espacio, subrayando su vínculo cultural y literario.
Polémica con el mural de Ash Santos
No todo han sido aplausos en torno a la reforma. El artista vigués Ash Santos ha manifestado su descontento por las modificaciones realizadas en el mural que pintó hace diez años en la cancha del parque, como parte de la primera edición del programa municipal Vigo, Cidade de Cor.
El mural original, de un característico azul celeste, ha sido alterado con la incorporación de una franja roja en la parte inferior sin contar con su autorización. «Es una alteración sustancial de la pieza, tocan la línea, no respira», denuncia Santos. Aunque reconoce que las obras urbanas están expuestas al deterioro y las inclemencias, considera que el Concello debería haber contado con él antes de intervenir en su trabajo.
Santos explicó que había planteado una reunión con el Concello días antes de la intervención para proponer una solución respetuosa con el diseño original del mural. Sin embargo, no recibió respuesta y se encontró con los cambios ya ejecutados. «Desde mi perspectiva es un atropello y una falta de respeto», declaró el artista, quien subraya que la parte inferior del mural siempre se concibió como un espacio dinámico para que los jóvenes lo utilizaran, pero sin desvirtuar el conjunto estético.