El Concello de Vigo ha desvelado su plan para implantar las zonas de bajas emisiones (ZBE), que establecerán limitaciones de acceso a los vehículos que más contaminen. El alcalde, Abel Caballero, ha anunciado este jueves que habrá cuatro áreas delimitadas. Además de la esperada en el centro, se creará una en el barrio de Bouzas, otra en O Calvario y otra en el entorno de la Praza de Portugal. En total, sumarán unas 67 hectáreas.
La primera de ellas, tal y como avanzó VIGOÉ, comprenderá el perímetro que conforman las calles Cánovas de Castillo, García Olloqui, Praza de Compostela, Colón, Urzaiz, Magallanes, Gil, Ronda Don Bosco, Paseo de Granada, Cachamuíña, Falperra, Pi y Margall, Santa Marta, Gaitero Ricardo Portela y O Berbés (400.000 m²) .
La segunda comprenderá la zona que delimitan las calles Uruguay, República Argentina, Cervantes, Urzaiz, Lepanto y Alfonso XIII (37.800 m²).
La tercera, en Bouzas, estará perimetrada por las calles Paz Andrade, Eduardo Cabello, Simancas, Camilo Veiga y Avenida Atlántida (170.000 m²).
Por último, se restringirá el acceso del tráfico rodado entre las calles Jenaro de la Fuente, Urzaiz y Gregorio Espino (64.000 m²).
La elección de estos ámbitos se basa en la densidad población, la intensidad de la actividad comercial y peatonal, la conveniencia de reducir el ruido, la alta capacidad en los itinerarios o la escasez de áreas verdes en la cercanía.
La entrada y salida a estas zonas de bajas emisiones en Vigo estarán controladas, al igual que sucede en otras ciudades españolas, por cámaras que se valen de última tecnología para leer matrículas y comprobar si los vehículos pueden acceder o no a las ZBE.
De cara a instalar estos dispositivos y la red necesaria, Vigo solicita una subvención de 4 millones de euros al Gobierno de España, que ha creado un programa de ayudas a fondo perdido para implantar estas zonas de bajas emisiones en los municipios. El coste total de su puesta en marcha en la ciudad asciende a 5,5 millones.
Caballero calcula que estas zonas estarán “aprobadas y en funcionamiento” a lo largo de 2023. La fecha concreta dependerá del “tiempo que tardemos en la licitación de los medios técnicos” y su contratación. En todo caso, la limitación de acceso no tendría que ser durante las 24 horas del día, sino que podría darse durante una franja determinada de lunes a viernes.
Obligación legal
La creación de las ZBE responde a mandatos de las autoridades europeas y españolas y contemplan un régimen sancionador. “Lo ordena la ley, no lo ordena el alcalde de Vigo”, ha alegado este jueves Abel Caballero.
Cada vehículo tiene una catalogación según su grado de contaminación. Estas etiquetas resultan fundamentales porque son las que se otorgan para determinar si se puede o no entrar en las ZBE. Hay cinco categorías según las emisiones:
- Sin etiqueta: vehículos de gasolina matriculados antes de 2001 y de diésel anteriores al 2006.
- Etiqueta B (amarilla): coches de gasolina matriculados después de 2001 que cumplen con la norma Euro III y vehículos diésel matriculados después de 2006 que cumplen con las normas Euro IV y V.
- Etiqueta C (verde): coches de gasolina que cumplen con la norma Euro IV y que están matriculados después de 2006 y coches diésel que se matricularon después de 2015 y que cumplen con Euro IV y V.
- Etiqueta ECO (azul y verde): todos los vehículos híbridos (gasolina o diésel y eléctricos) que sean enchufables con autonomía eléctrica menor a 40 kilómetros por hora. Los impulsados por gas natural, comprimido o licuado del petróleo y que cumplan con las normas de la etiqueta C.
- Etiqueta Cero Emisiones (azul): los vehículos electrificados que tengan una autonomía superior a 40 kilómetros por hora, sean eléctricos, híbridos o eléctricos con autonomía extendida.
Tomando como base estas etiquetas, se establecerán las restricciones. A día de hoy, el objetivo general es que en 2030 solo los vehículos que posean las etiquetas ECO o Cero Emisiones tengan autorizado el acceso a las ZBE para así reducir un 35% la contaminación atmosférica. También se plantean otros años, como 2024, para que la entrada esté limitada a las etiquetas verde, ECO y Cero Emisiones.