Las obras para extender las rampas mecánicas de la Gran Vía tendrán que esperar un poco más de lo previsto. El alcalde, Abel Caballero, había anunciado la segunda fase del proyecto para “el día siguiente” a que se apagaran las luces de Navidad, pero finalmente se aguardará a febrero para iniciar los trabajos en el terreno porque antes de dar ese paso es preciso tener listo tanto el programa de trabajo, el plan de control de calidad, el plan de gestión de residuos, el plan de seguridad y salud. “Estamos trabajando en ello”, declaró este martes el regidor vigués.
Caballero confía en que las obras, que serán acometidas por la empresa Prace Servizos e Obras, puedan arrancar a principios de mes. En todo caso, el alcalde no quiso comprometer una fecha exacta. “Avisaremos. Podría ser la primera semana de febrero pero no me atrevo a asegurarlo hasta que todos los trámites administrativos estén satisfactoriamente completados”, apuntó.
El aviso no será cuestión menor, ya que los conductores que frecuenten esta arteria de la ciudad tendrán que soportar restricciones de tráfico. Así sucedió ya con la primera fase, entre las calles María Berdiales y Venezuela. Ahora se actuará entre Venezuela y Nicaragua. Entre esos dos viales se instalarán dos tramos de cintas, uno desde Venezuela hasta Bolivia y otro desde Bolivia hasta Nicaragua.
De este modo, los accesos laterales seguirán abiertos para “salir a la altura de la zona a la que queramos ir”. En este sentido el alcalde ha destacado que la reforma quedará “muy preparada para la Cuidad de la Justicia”, que ya estará inaugurada cuando terminen estas obras. Ese final se prevé para octubre, ya que el plazo de ejecución de las nuevas rampas asciende a ocho meses.
En total, serán 150 metros lineales que mantendrán la estética de color arcoíris, con cubiertas porticadas y acabados en vidrio. Tendrán capacidad para transportar a 7.300 personas por hora. La inversión inicial, entre María Berdiales y Venezuela, superó los 5 millones de euros. Ahora se destinarán otros 3,6 millones para ampliar unas cintas que permitirán subir casi toda la Gran Vía. “No podemos arrancar más abajo porque la Xunta nos lo impide, pero arrancaremos”, advirtió Caballero.
El regidor ha recordado que también está previsto poblar de vegetación esta zona para convertirla en un “jardín botánico”, tanto en el interior como en el exterior. Además, se instalará pavimento descontaminante y un sistema de ahorro energético. Asimismo, se aprovechará para renovar el saneamiento, el abastecimiento, la recogida de aguas pluviales y la señalización semafórica. Igualmente, se soterrarán los servicios que precisen cableado.