Temperaturas rondando los 20 grados y sol radiante un 22 de noviembre en Vigo. Si a eso se le unen las restricciones que impiden salir del área perimetral de los municipios afectados, el resultado es parques y playas llenas de vigueses ansiosos por respirar aire puro y recibir un «chute» de Vitamina D, la misma que ahora recomiendan los expertos para combatir el coronavirus.
Desde mediodía hasta bien entrada la tarde, arenales como O Vao o Samil recibieron a cientos de visitantes. Paseos por la playa y juegos fueron la estampa habitual, pero también las mesas situadas en la playa de Samil estaban abarrotadas a mediodía con decenas de familias comiendo como si estuviesen en pleno mes de julio o agosto.
Otro de los puntos que atrajo a más visitantes fue el recientemente reformado parque del Castro. Su cercanía al centro de la ciudad y las mejoras llevadas a cabo en los últimos meses, con nueva iluminación incluida, se convirtieron en gran atractivo de la jornada. Con la puesta de sol y el encendido de las luces, las murallas se convirtieron en un hervidero.
La bonanza meteorológica no durará mucho. Si las previsiones se cumplen, este lunes todavía podremos disfrutar del sol y de temperaturas moderadas (unos 18 grados de máxima), pero a partir del martes las cosas empeoran. La entrada de una borrasca provocará una bajada de los termómetros y también lluvias que podrían ser intensas la noche del martes y durante todo el miércoles.