La Vía Verde de Vigo empieza a atisbar su ejecución completa un año y medio después de que abriera el primer tramo, de 400 metros. La renuncia de la empresa concesionaria de la obra sumió al proyecto en una serie de contratiempos administrativos y económicos que ahora están a punto de resolverse mediante una inyección económica cercana a los 3 millones de euros.
El Gobierno local ha adjudicado este jueves de forma definitiva el nuevo contrato para terminar lo comenzado, por lo que los trabajos sobre el terreno se retomarán previsiblemente en mayo. Teniendo en cuenta que el plazo de ejecución asciende a seis meses, la senda peatonal y ciclista que discurrirá entre el límite con Redondela y Vía Norte será una realidad a finales de 2021, como si se tratara de un regalo de Navidad.
Como ya es sabido, la Vía Verde abarca un total de 3,6 kilómetros y prevé un carril bici de tres metros de ancho y una senda peatonal de dos metros de ancho. El proyecto contempla acondicionar todo el trayecto e incluir a lo largo de él áreas de descanso, zonas juego infantil, miradores, mesas de tenis de mesa, pasarelas de madera, fuentes… También se conservará el ambiente de las antiguas vías del tren con detalles como señalización ferroviaria.
La UTE Prace Servicios y Obras – Excavaciones y Transportes Manuel Rodríguez había renunciado a la obra debido a que el trazado proyectado inicialmente, al llegar a Vía Norte, chocaba con la construcción del Centro Vialia. Concretamente, el trazado de la senda se solapaba con el aparcamiento que dará servicio a la futura estación intermodal y la superficie comercial.
Por ello, se hacía necesaria una solución estructural para salvar el talud existente en una longitud considerable de más de 100 metros lineales. Además, tras proceder a las labores de desbroce del resto del ámbito y ejecución de la obra, se detectaron taludes inestables de notable altitud, hasta seis metros, que debían ser estabilizados o abordados con un muro de contención. Todo ello implicaba un sobrecoste económico.
Entre todos estos imprevistos también se encontraba el deterioro de algunos elementos no estructurales ocultos bajo el balasto. El proyecto contemplaba una restauración pero, tras la retirada de la vía efectuada por ADIF con posterioridad a la licitación de la obra y su comienzo, se apreció la necesidad de reemplazar algunos tramos.