El Concello de Vigo ha aprobado este jueves una inversión de 350.000 euros para eliminar “guardarraíles asesinos” en 50 puntos de la ciudad. Así lo ha anunciado el alcalde, Abel Caballero, que ha calificado con estas palabras a los ‘quitamiedos’ existentes en algunas zonas del casco urbano y, sobre todo, de las parroquias. El regidor vigués, habitual defensor de la movilidad en dos ruedas, destacó la importancia de proteger a los motoristas con este tipo de actuaciones.
Caballero enunció algunos de los lugares en los que se adecuarán los guardarraíles. Se trata de vías como Arquitecto Antonio Palacios, Avenida Clara Campoamor, Avenida del Aeropuerto, el túnel de Jenaro de la Fuente, Estrada da Ponte, Estrada do Tranvía, Estrada da Balsa, Subida a Fragoselo o calle Cortellas, entre otras. En total, se mejorarán tramos que suman 4 kilómetros de carretera para incidir en la protección de las 39.000 motocicletas registradas en Vigo.
El visto bueno a esta inversión se produjo en el seno de la Junta de Gobierno Local, que también dio luz verde a la licitación de la cubrición del tranvía de la Avenida de Castelao. El alcalde aseguró que el vagón se ha “deteriorado” ligeramente durante los últimos meses. Por ello, considera necesario instalar una estructura de vidrio laminado para “tenerlo cien años más”. Caballero defendió que el tranvía “no aguantaría” otro invierno al aire libre, por lo que defendió la inversión a realizar, que rondará los 120.000 euros.
De esta manera, se retirarán las antiestéticas vallas que rodean ahora el tranvía y se le dotará de una ornamentación más cuidada que incluye un reloj en lo alto, reforzando así la imagen de las antiguas cocheras. Esta protección no impedirá acercarse al vagón para que los vecinos y curiosos lo observen de cerca.
La adquisición de este tranvía se gestionó contactando con un coleccionista de Zaragoza, propietario de una numerosa cantidad de ejemplares entre los que figuraba uno del norte de Portugal, finalmente el adquirido y restaurado como el número 18 de Peniche. Durante décadas, los viejos vagones estuvieron en una vía en la Florida, a merced de vándalos, y ninguno se ha conservado.