Vigo tenía previsto, al menos según las intenciones que mostraba Abel Caballero, licitar un nuevo contrato de transporte público urbano a partir de 2020. Pero el Gobierno local ejecutó una prórroga del actual servicio de autobús hasta 2025, justificada por la pandemia. Cuando quedan poco más de dos años para que expire la concesión que ostenta Vitrasa, el Concello ha activado la maquinaria para definir un nuevo modelo.
Desde la Praza do Rei han licitado por 400.000 euros la elaboración de un estudio técnico que deberá proponer una reconfiguración del transporte urbano de autobús a partir de junio de 2025. La empresa que gane este concurso público, que se adjudicará a finales de la primavera o principios del verano de 2023, deberá comunicar sus conclusiones pasados diez meses, es decir, en el primer cuatrimestre de 2024.
Ese trabajo deberá analizar la demanda del servicio “en el nuevo ámbito de la movilidad urbana sostenible” y “establecer un proceso de modelización de la red de transporte urbano de la ciudad” para adaptar las líneas a la “demanda real”. Así, habrá que señalar las debilidades y virtudes del actual servicio de Vitrasa a través de diferentes parámetros y plantear una alternativa.
Para afinar esa solución, el Ayuntamiento de Vigo reclama escuchar la opinión de la gente. Así, ese trabajo de campo deberá incluir 3.000 encuestas a hogares, 700 de interceptación y otras 600 en el propio transporte público.
El nuevo modelo resultante establecerá las directrices a seguir durante la siguiente década, en la que el Concello de Vigo quiere introducir todos los avances técnicos posibles en materia de infraestructuras, nuevas tecnologías y desarrollo de sistemas de información que puedan influir favorablemente en la prestación del transporte urbano.
El pliego de condiciones redactado pone énfasis en la elaboración de un modelo de simulación de movilidad en autobús por Vigo, en el análisis de los viajes “más significativos” en la ciudad, en la detección de las carencias de accesibilidad desde las parroquias, en el impacto que tendría la implantación de nuevas líneas, en las consecuencias de la puesta en servicio de la nueva estación de autobuses y en los problemas derivados de la calidad del servicio (indicadores de velocidad comercial, frecuencia, regularidad, tiempo de transbordo, localización e infraestructuras de paradas).
Asimismo, el Concello demanda conocer la flota necesaria para optimizar este transporte urbano –actualmente operan 126 autocares- y sus características, atendiendo a los criterios de estrategias de reducción de emisiones de CO2. Igualmente, se solicita una estimación de la demanda por períodos horarios y línea, con indicación de ocupación.
Indicadores
En todo ello influirán indicadores de accesibilidad y cobertura de población, empleo y centros de atracción. También las paradas cuyo cambio pueda suponer un alto coste por la situación actual (calles humanizadas, paradas singulares, existencia de dársena con carril bici), de modo que sean menos susceptibles de experimentar modificaciones.
Como no podía ser de otra manera, la empresa que elabore este estudio técnico tendrá que aportar una estimación de los costes operativos resultantes de su propuesta, así como de los ingresos.