La Vía Verde de Vigo “ya está acabada”. Así lo anunció este miércoles el alcalde, Abel Caballero, que inauguró el último tramo que quedaba por abrir, entre la zona de Coutadas y Chapela. De este modo, la ciudad ya puede disfrutar de unos 4 kilómetros de senda peatonal y ciclista sobre las antiguas vías del tren –de ahí su nombre de verde, por la ausencia de vehículos motorizados y no por la posible presencia de vegetación-.
El regidor local visitó este nuevo espacio de “ocio” y “vida saludable”. Según recordó, el Concello de Vigo ha invertido 3,5 millones de euros para crear esta nueva conexión entre la ciudad y Redondela, municipio que además recibe a personas y bicicletas con otra senda que permite prolongar un poco más el camino. De ese importe, 1,8 millones han procedido de fondos europeos.
La Vía Verde de Vigo tiene un engarce con el carril bici hasta Coia, que se prevé ampliar hasta Samil. Este “nuevo punto de comunicación” cuenta, como es sabido, con un carril bici bidireccional de hormigón y un paseo de cemento para caminar. Además, se han instalado 185 luminarias sobre la antigua catenaria.
A lo largo de su recorrido, dispone de tres pasarelas, dos de ellas metálicas. Están situadas en la confluencia de Vía Norte con la calle Navarra, en el Camiño da Vía y en el enlace de la calle Navarra con el puente Isaac Peral.
También se puede disfrutar de un parque biosaludable, fuentes, aparcabicis y de zonas de descanso. Por ejemplo, Caballero ha destacado el dato de que “si los ponemos juntos todos los bancos” sumarían 180 metros de largo. No se han colocado finalmente mesas de ‘ping-pong’ porque el Concello de Vigo ha “descartado” su instalación al aire libre.
De este modo, finaliza una obra muy esperada pero también muy problemática. Comenzó en febrero de 2019 con un plazo de ejecución previsto de seis meses pero fue necesario modificar el proyecto, licitarlo de nuevo y afrontar sobrecostes. Se fue abriendo poco a poco hasta que ahora, casi cuatro años después, se ha inaugurado el último tramo pendiente.