Vigo ya dispone de una gasolinera de bajo coste. Aunque sus propietarios prefieren huir de esa denominación porque los servicios que ofrecen son mayores a los habituales en las estaciones ‘low cost’, el precio de sus carburantes invita a pensar en que merece esa etiqueta. Acaba de abrir en la Estrada de Camposancos (PO-552), junto a la sede de Vitrasa, y las tarifas que presenta son las más baratas de la ciudad.
Así lo atestigua el portal del Ministerio de Industria que recoge los precios de todas las gasolineras de España. Este viernes el Gasoleo A estaba a 1,099 euros, el Gasoleo A+ costaba 1,169 euros, la Gasolina 95 se cotizaba a 1,239 euros y la Gasolina 98 se cobraba a 1,347 euros. De esta manera, esta estación de servicio ha logrado desbancar a la que era hasta ahora la más competitiva para los consumidores: la del Alcampo de la Avenida de Madrid.
Esta gasolinera, que suele registrar colas para repostar, tenía este 14 de febrero precios más caros en todos los tipos de combustibles. Entre 5 y 7 céntimos, dependiendo del carburante. Por no hablar de las estaciones de servicio tradicionales. No obstante, más allá de la tarifa oficial, Alcampo cuenta con un as en la manga, ya que aplica un descuento de 8 céntimos por litro si se paga con la tarjeta oficial o se hace una compra de al menos 30 euros en el hipermercado.
En todo caso, desde esta nueva gasolinera destacan los servicios que proporcionan, entre ellos atención personalizada en horario diurno –de 07.00 a 23.00 horas-. Y es que, a diferencia de otras, aquí hay empleados que atienden a los clientes y se encargan del repostaje. De hecho, el conductor no tiene que salir del coche en ningún momento, ni siquiera para pagar con tarjeta bancaria. Los propios trabajadores pueden cobrar con datáfonos portátiles.
Además, está abierta las 24 horas. Eso sí, por la noche los clientes deben servirse por sí solos. Con todo, hay un empleado en la tienda disponible para atender a los usuarios en caso de que lo precisen. La estación también cuenta con tren de lavado.
Según aseguran, el secreto de estos precios radica en el pequeño margen de beneficio que obtienen por cada litro y el producto es suministrado por las grandes marcas de carburantes (Campsa, en este caso), al igual que sucede en el Alcampo, que recibe el combustible de Repsol.