Casi dos años después, Vigo dispone nuevamente del acceso a la AP-9 por la calle Lepanto. Con una sustancial diferencia. En lugar de entrar a través del paso elevado demolido en enero de 2021, los vehículos enfilarán la autopista por medio de un túnel de 250 metros de largo. Esta nueva infraestructura, a la que sigue un pequeño tramo en descubierto, entró en funcionamiento este lunes 12 de diciembre.
La previsión, según había anunciado Abel Caballero el pasado viernes, era abrir el túnel a primera hora del día. Pero finalmente se puso en marcha a las 11.00 horas, momento en el que el alcalde de Vigo acudió al lugar para organizar un acto oficial con los medios de comunicación. El regidor vigués simuló una cuenta atrás antes de pulsar el botón que levantó la barrera de entrada al paso subterráneo.
La recuperación de esta entrada en la AP-9 aliviará previsiblemente el tráfico en la ciudad. No obstante, aún habrá que afrontar algunas molestias en la zona. Las obras de la Gran Vía no finalizarán al menos hasta febrero. Y en ese mes habrá que cortar el túnel abierto este lunes. Los días exactos todavía no se conocen y se anunciarán más adelante, pero la construcción del ascensor Halo obliga a cerrar este nuevo acceso “entre mediados de febrero y mediados de marzo”. A partir de ahí, este acceso soterrado quedará disponible “para siempre”.
En cuestiones de seguridad, el túnel cuenta con detector de humos, un sistema de prevención de incendios, un protocolo de actuación en caso de que se produzca fuego que ya ha sido testado, megafonía para dar mensajes, control de accesos o videovigilancia 24 horas con cámaras que detectan la presencia de obstáculos en la calzada, ya sean vehículos parados o bultos.
De este modo, el entorno de las estaciones de bus y tren de Urzaiz iniciará una nueva etapa. Cabe recordar que la apertura de la terminal de autocares, bloqueada por las obras municipales, se ha fijado para el 17 de diciembre.
La reforma de este acceso ha requerido una inversión de 11,8 millones de euros, de los cuales 8,8 partieron de ADIF. Los 3 millones restantes salieron de las arcas del Concello de Vigo (2,4) y de la Xunta de Galicia (algo más de medio millón).
Los trabajos se complicaron sobremanera. De hecho, el paso elevado por el que se entraba a la autopista se empezó a demoler en enero de 2021. Posteriormente comenzaron a surgir problemas, como la aparición de tierras contaminadas, que retrasaron continuamente el final de las actuaciones.
En el entorno todavía quedan por acondicionar los espacios intersticiales, donde está previsto crear zonas de descanso entre las diferentes vías de entrada y salida de las estaciones. Para ello, se destinarán 1,2 millones de euros. Asimismo, aún falta por finalizar el túnel que irá desde la autopista hasta los aparcamientos de Vialia y a los almacenes del centro comercial.