El Concello de Vigo ha vuelto a mirar hacia Europa para obtener financiación para sus próximos proyectos de ciudad. La respuesta positiva en anteriores convocatorias, normalmente gestionadas a través del Gobierno de España, anima a las autoridades locales a buscar fondos Next Generation para iniciativas vinculadas a planes de sostenibilidad turística. Se trata de acciones que deben conllevar un refuerzo y una diversificación del turismo, pero siempre dentro de unas líneas verdes de actuación.
Así, el Ayuntamiento ha decidido presentar tres grandes proyectos y otros de menor calado. Quizás el más llamativo es el que pasa por dotar al edificio consistorial de un mirador con vistas a la ría para que los turistas –o los propios vigueses- accedan a él de forma libre y gratuita y puedan maravillarse con el horizonte.
Estaría situado en lo alto de la torre y el alcalde, Abel Caballero, no descarta incluso que se pueda instalar allí un pequeño negocio para tomar “un café o una cañita” mientras se disfruta del momento. “Parece razonable”, aseguró este jueves.
En todo caso, el objetivo principal es construir ese mirador y un ascensor panorámico que lleve hasta él. De esta forma, se otorgaría una “nueva dimensión” a este inmueble público, que se convertiría en una “zona de atracción turística” más.
Muy cerca, en el Paseo de Granada, es decir, en el vial que discurre en paralelo al ayuntamiento y a las dependencias de la Policía Local, se instalarían unas rampas mecánicas que conectarían las escaleras de la calle Segunda República con la rotonda del Bicentenario. También se aprovecharía la intervención para “acondicionar” la zona.
La vinculación turística de este proyecto, según Caballero, radica en la creación de un “eje turístico” que iría desde el Casco Vello hasta la Praza do Rei y la Panificadora pasando por la nueva Porta do Sol o esas escaleras mecánicas de Segunda República.
Además, los fondos europeos se dedicarían a crear un “centro multifuncional del turismo gastronómico” y un centro de recepción de visitantes en los edificios que se quieren reformar en la Praza da Igrexa, junto a la Colegiata. La transformación de estos inmuebles, casi todos en estado ruinoso, fue objeto de un concurso de ideas y actualmente está en una especie de impasse de espera. La negativa de un negocio de ultramarinos a abandonar la zona está retrasando la obra. El Concello de Vigo asegura haber intentado mediar para buscarle otra ubicación pero no parece haber acuerdo al respecto. Caballero ha dicho este jueves que se seguirán los pasos “que marca la ley”, dejando entrever que se puede llegar a la expropiación forzosa.
Junto a estos tres proyectos, se solicitará financiación para introducir medidas de economía circular en edificios municipales, dotar de iluminación sostenible que realce el Casco Vello de Vigo, desarrollar secciones para difundir el turismo en la web y en la aplicación del Concello, reforzar la oferta turística para eventos de negocios y conferencias.
En definitiva, un conjunto de actuaciones “ambiciosísimas” para seguir atrayendo visitantes. Lo que no ha aclarado el alcalde de Vigo es el calendario que se maneja para que todo esto se convierta en realidad. “Ya se verá”, zanjó.