El alcalde de Vigo, Abel Caballero, ofició este martes, día de la Reconquista, de maestro de ceremonias en el regreso de la conexión aérea de Ryanair entre la ciudad y Londres. El avión procedente de Stansted tocó la pista del aeropuerto de Peinador en torno a las 10.00 horas y devolvió a la terminal olívica una de las líneas más demandadas por los usuarios.
Por el momento, la ocupación está siendo baja, ya que los problemas burocráticos impidieron sacar los billetes al venta con mucha antelación. El primer avión aterrizó con un centenar de pasajeros.
Esta ruta internacional, de carácter anual, devuelve los vuelos transfronterizos a Peinador. El aeropuerto vigués llevaba casi tres años y medio ofreciendo únicamente enlaces nacionales.
Las salidas desde la terminal de Stansted se producirán a primera hora de la mañana los martes y los jueves. Los sábados, en cambio, se partirá por la tarde tras introducir Ryanair cambios sobre la programación inicial. En temporada baja serán solo dos frecuencias semanales, en días todavía por concretar.
Caballero -que estuvo acompañado de la directora de Peinador, Ana Molés, y de la concejala de Turismo, Carmen Lago– aseguró que el Concello de Vigo apunta ahora a otros objetivos: abrir sendas rutas directas con París y Bruselas. La conexión con la capital francesa puede representar una oportunidad, ya que esta línea deja de operar en Santiago. No obstante, se trata de planes a largo plazo.
Línea internacional
Esta ruta directa entre Peinador y Stansted permitirá a la terminal olívica ganar 144.200 asientos mientras se mantenga vigente este contrato, hasta el 31 de diciembre de 2025. Esta línea internacional, la única que tiene Vigo, supondrá un importante desembolso para las arcas del Concello, que licitó el concurso por 1.869.450 euros. La aerolínea irlandesa se ha prestado a explotar la ruta por 1.815.000 euros, es decir, rebajando el precio en 54.450 euros.
Dos enlaces directos
De esta forma, la compañía aérea pasará a operar dos enlaces directos en el aeropuerto de Peinador, uno a Barcelona –a mercado- y otro a la capital inglesa con subvenciones municipales.