Como si se abriesen las mismísimas puertas del cielo. Así salieron los vigueses este sábado, 2 de mayo, a la calle. A las ocho en punto, horario fijado por el Gobierno para que los mayores de 70 años volviesen a sus casas y diesen el relevo, se produjo una auténtica estampida en Vigo.
Miles de personas aprovecharon la apertura para lanzarse a la calle y estirar las piernas. Acompañó el cielo y la temperaturas, puesto que los nubarrones y la llovizna mañanera desaparecieron casi por completo a lo largo de la tarde.
A primera hora, desde las 6 de la madrugada hasta las 10 de la mañana, les había tocado el turno a los «runners» y ciclistas. Los más madrugadores, también caminantes, aprovecharon esas horas para recorrer la ciudad. Samil, Castrelos, Bouzas o el Náutico fueron algunos de los lugares más concurridos.
Pero nada tuvo que ver con lo que pasó a las ocho de la tarde. Una verdadera estampida en Vigo de paseantes, deportistas, ciclistas… todos de repente en la calle ante la mirada atónita de unos y otros. Sin ningún incidente destacable, el buen comportamiento y la distancia social fue la tónica predominante.
El monte del Castro fue un hervidero, igualmente el Paseo de Alfonso o la Porta do Sol, pero también calles principales como Venezuela, Castelao o Pi y Margall. Había muchas ganas de salir a la calle y se notó.
El día se cerró con el sol detrás de las Cíes y una previsión de excelente tiempo para este domingo, más de 26 grados en la ciudad, por lo que la invasión puede ser todavía mayor dentro de solamente unas horas.