El tranvía instalado por el Concello de Vigo en Coia cuenta ya los meses para contar con su nuevo refugio. El vagón -que fue víctima de un acto vandálico en mayo de 2019, poco después de su apertura junto a la plaza del Emigrante- será cubierto con una estructura de vidrio laminado que intentará evocar a las viejas cocheras de As Travesas.
La Junta de Gobierno Local ha aprobado este jueves el proyecto desarrollado por Javier de la Puente y la firma Capitel, que saldrá a licitación por un importe de 120.000 euros. Los trabajos podrán iniciarse en el primer trimestre de 2021 y, dado que se prolongarán durante 12 semanas, concluirán en primavera.
De esta manera, se retirarán las antiestéticas vallas que rodean ahora el tranvía y se le dotará de una ornamentación más cuidada que incluye un reloj en lo alto, reforzando así la imagen de esas antiguas cocheras.
Esta protección no impedirá acercarse al vagón para que los vecinos y curiosos lo observen de cerca. A su alrededor se habilitará un espacio de visita, aunque no está confirmado que se vaya a poder acceder a su interior como sucedió en su inauguración, que atrajo a multitud de vigueses.
La adquisición de este tranvía se gestionó contactando con un coleccionista de Zaragoza, propietario de una numerosa cantidad de ejemplares entre los que figuraba uno del norte de Portugal, finalmente el adquirido y restaurado como el número 18 de Peniche. Durante décadas, los viejos vagones estuvieron en una vía en la Florida, a merced de vándalos, y ninguno se ha conservado.
El Concello de Vigo adquirió un vagón ‘gemelo’ para recuperar una parte de la memoria de aquellos tiempos, cuando estos vehículos, además de las líneas urbanas, iban de Vigo a O Porriño, Nigrán, A Ramallosa y Baiona.
Rafael Portanet, alcalde de Vigo desde 1964 a 1970, liquidó la concesión (estaba establecida hasta 1975) para dar paso a Vitrasa, que obtuvo el visto bueno del pleno municipal el 17 de mayo de 1968. El último tranvía circuló por Vigo el 31 de diciembre de ese año.