Las expectativas de la organización se están viendo cumplidas e incluso superadas: una multitud de personas recorrió el recinto de uno a otro lado para asistir a las distintas modalidades que ofrece el AOM en esta su decimoquinta edición, y se confirma que los últimos en llegar a la ciudad se han tenido que alojar en hoteles fuera de Vigo.
Desde la tarde de este sábado, el festival luce a pleno rendimiento. Ya no hay esquina sin espectáculo, después de que sumaran las últimas modalidades: el breakdance, que congregó a una multitud, y el flatland, igualmente espectacular. El motocross fue por momentos lo más concurrido. Y en las dos grandes pistas, las de BMX y de skate, fue el turno de los profesionales. Llegados de todas partes del mundo, los deportistas llevaron a Vigo el más alto nivel que pueden alcanzar ambas modalidades. Los gritos de admiración que de vez en cuando llegan desde distintos puntos del festival son la mejor demostración de que, felizmente, el festival se ha convertido en algo inabarcable.
A la espera del domingo, tradicionalmente el día grande, el buen tiempo acompañó durante toda la jornada del sábado, con la excepción de algunas ráfagas de viento que afectaron a los saltos del Dirt Jump y del Freestyle de motocross. La noche quedaba perfecta para la segunda jornada de la fiesta nocturna del festival. Ya el viernes la noche fue larga: tras las pruebas deportivas, al caer el sol, comenzó el Marisco Son Sistema junto al muelle de Cíes, djs hasta altas horas. Desde las 10,00, conciertos gratuitos en el muelle de Trasatlánticos. Y de madrugada, las late night parties oficiales de la sala Mondo. Casi 20 horas de marisquiño ininterrumpidas. Y todo ello totalmente gratuito ¿Alguien da más?