Los vigueses ya podrán disfrutar de un nuevo Pazo completamente recuperado, y que está llamado a ser el ‘hermano menor’ del Quiñones de León, a partir de la próxima semana.
Tras la restauración y rehabilitación llevada a cabo en el Pazo da Raposeira, cuyas obras remataron oficialmente el pasado fin de semana, el Concello de Vigo ya proyecta todo un acto de inauguración que se prevé para el próximo jueves, 21 de noviembre.
En la visita que el alcalde Abel Caballero hizo la semana pasada a las instalaciones acompañado de los medios de comunicación para dar a conocer la restauración, ya avanzó que la apertura oficial con una merecida inauguración sería en breve, y por la noche, para disfrutar de los exteriores iluminados.
Y así será ya que desde Praza do Rei acaban de hacer pública la contratación de una representación escénica sobre la transformación histórica del Pazo municipal que se llevará a cabo en el acto de presentación de su rehabilitación previsto para ese mismo día.
El contrato menor, adjudicado a la Asociación Vicus Teatro por un importe de 7.260 euros, tiene fecha del 7 de noviembre y celebración y fecha fin el mismo 21 de este mes.
Así, si la previsión del Concello sigue adelante, desde esa misma fecha los vigueses y viguesas podrán disfrutar ya de unas nuevas instalaciones municipales que harán las delicias de todos los visitantes que se acerquen hasta la preciada y antigua casa señorial, que fue construida entre los siglos XVII y XVIII.
Ubicada en la parroquia de Sárdoma, al lado del centro comercial Alcampo de la Avenida de Madrid, es una localización todavía muy desconocida para muchos vigueses y viguesas.
Sin embargo, tras la puesta en valor de este bien patrimonial e histórico llevada a cabo por el Concello con fondos europeos y que fue ejecutada por la empresa Construcciones Abal, se le dará una nueva vida al inmueble.
Para uso ciudadano, con posibilidad de bodas
De hecho, está previsto que su utilización sea completamente para uso de la ciudadanía proyectando una oficina municipal descentralizada para realizar trámites con la administración además de ceder tres salas a la asociación de vecinos de Sárdoma para que puedan organizar actividades propias.
La idea también es que acoja un departamento municipal de empleo así como diversos actos oficiales del Ayuntamiento, tales como reuniones del equipo de gobierno -en uno de sus salones se prevé una junta de gobierno local cuando se haga la inauguración oficial- así como recepciones institucionales sin descartar, incluso, la posibilidad de la celebración de bodas.
Y es que la restauración llevada a cabo, con una cuidada y delicada puesta en valor, dejará a disposición de la ciudadanía un edificio que destaca por su interior -con diez salas a las que se les añade el espacio de la antigua capilla-, así como unos exteriores y jardines -con más de 5.000 metros de superficie y un hórreo recuperado de 10 metros de largo– que bien podrían competir con el Pazo-Museo Quiñones de León.
«Queremos que lo use la ciudadanía», dijo el regidor en su momento sobre este nuevo inmueble que se pondrá a disposición de los vecinos muy pronto y tras la ejecución de una obra que supuso un importe final superior a los 1,8 millones de euros y que, además, sufrió varios modificados y contratiempos -lo que conllevó un sobrecoste- y que, finalmente, hicieron que los plazos de ejecución de la obra se incumplieran.
Datos incorrectos y modificado
Es más, uno de los problemas que hizo que se tuviese que ejecutar un modificado en el proyecto vino derivado de una falta de previsión del Ayuntamiento debido a unos datos incorrectos que tenía sobre el sistema de saneamiento y que se detectaron en plena ejecución de las obras, tras contactar los responsables de la misma con Aqualia con el objetivo de gestionar la conexión del edificio al sistema municipal.
Y es que no existía una conexión a la altura del número 3 del camiño Raposeira, lugar donde se encuentra la edificación, siendo el punto más cercano el que se encuentra en el número 36 de dicha vía, por lo que, y como se contempla en el expediente, era necesaria la ejecución de un nuevo trazado del colector de 167,65 metros de longitud.
Es más, la construcción e instalación de esta infraestructura se consideraba «imprescindible» para los responsables de la obra para asegurar así la conexión y «garantizar la salubridad y bienestar de los usuarios y residentes de la zona».
Este imprevisto que no estaba contemplado inicialmente provocó un sobrecoste en la obra de 99.840,33 euros así como una nueva ampliación de plazo -de un mes más- y que implicaba, a mayores, que la fecha fin de liquidación que se marca con la empresa adjudicataria llegaba a finales del mes de noviembre.
Con todo, se llevó a cabo y, finalmente, con fecha 9 de noviembre, el alcalde de Vigo dio por finalizada la ejecución de la restauración del que está llamado a ser el nuevo Pazo de Vigo.